El Beaterio de Iñaki de Mujika

La rara habilidad

Después de perder en Barcelona, y a la vista del modo en que el equipo se dejó los puntos ante el Espanyol, se creó un runrún más ruidoso que otras veces, pidiendo el cese inmediato del técnico, del director deportivo, de…Podía sonar a fuerte pero, como los años no pasan en balde, debes siempre tocar un par de palos por si acaso hay trajín y van a pasar cosas. Siempre es parecido. Un par de llamadas a la gente que sabe y te sitúas de inmediato. Realizadas ambas, pude seguir tranquilamente pescando congrios. Es lo que hay. Una semana más o una semana menos, según se mire. Lo que sucede es que si el equipo sigue haciendo cosas como las de ayer, esto no lo resiste nadie. Es un horror sin paliativos.

Por esas cosas del azar, es un decir, se quitó el foco del equipo, de los resultados, del entrenador, para ponerlo en los asientos que a esta hora arden. Una rueda de prensa, preciosas las fotos, los planos, los diseños, animaba al personal a elegir localidad para cuando todo esté en orden, las obras acabadas y disfrutando de una instalación que nos merecemos hace tiempo. Paralelamente, se hicieron públicos los precios y la idea de conseguir 30.000 socios. No está mal. La respuesta popular ofrece desencanto y ejemplos comparativos de lo que pagan hoy y abonarán mañana.

Hace años el profesor que impartía historia de España trataba de explicarnos el motivo por el que las provincias eran tan diferentes por su extensión. Relataba que el rey de entonces, creo que Fernando VII, cogió un mapa en blanco, se puso a hacer rayas, según le venía, y tal y como quedó así estamos. No sé si la explicación fue muy científica, pero con ella me quedé. De eso hace 50 años y no la olvidé desde entonces. Luego, algún estudioso la niqueló y los tiempos posteriores modificaron lo necesario hasta llegar al actual diseño.

Supongo que las personas que deciden el coste de los futuros abonos no cogen un papel en blanco y ponen precios según les sale. Habrá razones de peso y sería bueno que se explicasen bien y se dijesen los porqués de la resolución. A lo visto de la respuesta popular, hay más desencanto y chasco que encanto y embeleso. Debe ser por contagio con la marcha del equipo. Es una rara habilidad. Desviar el foco de lo deportivo y apuntar a lo social. Pronto llegarán los rumores de fichajes, los nombres del posible futuro entrenador, las salidas… para tratar de recuperar un pálpito que hoy está perdido.

Entonces, con todo el guirigay semanal, aquí se habló del Getafe lo mismo que de los maitines que rezan las monjas en sus conventos. La tradición dice que este equipo nos ha amargado la tarde bastantes veces y nos la pudo atormentar un día, hace siete años, cuando acabamos en empate el último partido de liga. Aquel gol de Paco Sutil…

Ayer, unos meses después de ascender de Segunda y sin ganar fuera desde el pasado verano, llega y se lleva los puntos por méritos propios y deméritos del rival, que sigue erre que erre a lo mismo. Juega bien las primeras partes, se adelanta en el marcador y termina sucumbiendo. Así media docena de veces en lo que va de temporada. Es decir, perdemos lo que conquistamos. Simplemente, en esos partidos hemos perdido 18 puntos que estaban en nuestras manos. Bordalás entrena a los suyos con insistencia, las horas que haga falta para que el equipo dé lo que lleva dentro y más. Grandes con sus recursos.

Se hace dificilísimo escribir, porque la historia se repite como los platos de coliflor. La gente, aburrida por tanta decepción, aguanta hasta que puede y manifiesta lo que siente. En una semana de rara habilidad, alborotamos el gallinero y obviamente se escucha el lógico cacareo. Piden cabezas, porque no entienden que la situación se prolongue. Y si os digo lo que siento, reconozco que me da pena el equipo y los jugadores. No pueden ni con las espinilleras. Están en una dinámica de desánimo absoluto. No sé si creen de verdad en sus fuerzas y en que con ellas los partidos se pueden ganar.

El Getafe ganó por oficio. Se jugó como quisieron. Cortaron el ritmo, hicieron las faltas necesarias, cargaron el saco de las amonestaciones, aprovecharon la oportunidad y se llevan los puntos. Un equipo fuerte en todo no encaja un gol en el minuto de prolongación de la primera parte, ni recula y recula en la jugada del segundo. El postrer remate de Ángel es un estoconazo hasta la bola. Muertos en campaña. Luego, Guaita se enfrió esperando a que alguien llegara de verdad. Tenemos la rara habilidad de perderlo todo tras el descanso y de que se repitan las mismas situaciones con machacona insistencia. Menos mal que en dos semanas no debo volver a escribir, porque me pasa lo que al equipo. Las neuronas se me agotan o bloquean.

Iñaki de Mujika