El Beaterio de Iñaki de Mujika

Quince años

Real Sociedad 1-1 Villarreal CF
Jornada 11 Liga – 29/11/2020

Este diario celebra su cumpleaños. Alcanza la edad del pavo. Se hace quinceañero como los jóvenes que se acicalan y se miran al espejo para arreglarse, echarse colonia y no desmerecer. Ese camino comenzó en noviembre de 2005 en un acto que se celebró en Tabacalera y en el que se juntó la flor y nata de una sociedad como la nuestra. Entre tanta gente era imposible saludar a todos, pero recuerdo el momento como si fuera hoy. Es el primer parto al que he asistido en mi vida. Un día después vio la luz la primera edición y en la misma semana se publicó el inicial beaterio. Me alegro infinito de haber dado un sí a la directora Arantza Zugasti cuando me propuso escribir este artículo a mi manera, a mi bola, a lo que me apetezca. Compartimos un café en el Bideluze de la calle Garibay. No le di casi ninguna vuelta y nos pusimos de acuerdo en un santiamén.

Sé que en algún rincón de casa está el diario de ese día. Lo he buscado sin suerte. Coincidió el debut con un partido ante el Real Madrid. Se empató a dos goles con tantos de Óscar de Paula y Xabi Prieto, este desde el punto de penalti. ¡Fijaos cuando Prietinho ya apuntaba sin fallar! Como os digo, han pasado quince años y siento pánico al comprobar que habré escrito y publicado más de 600 beaterios, sin repetir, calcar ni copiar ninguno. Es decir, una cifra superior a los partidos disputados por Alberto Gorriz, el jugador que más veces ha sudado la camiseta txuri-urdin. Parece una chorrada, pero no sabéis lo difícil que es encontrar la inspiración. Hay veces que te sale niquelado en poco tiempo y otras, en cambio, te atascas, no te gustas, te pones de mala leche y al final ni disfrutas, ni nada.

Quince años toreando con poca muleta. Quedan muy atrás, felizmente, aquellos tiempos en los que había que pararse en un área de servicio, después del partido, viajando de vuelta, para pasar el artículo desde el ordenador, cruzando los dedos y esperando que la cobertura fuera buena y la conexión funcionara. No es que atravesáramos el desierto, pero casi. Cuando desde la redacción daban el OK sentías una relajación impagable. Partido contado, artículo pasado y, como dicen los galos, bonne journée.

Eso es lo que me apetecía anoche, una buena jornada. Un Black Friday en toda regla. No sé si con rebajas o a precio de costo. Los dos equipos venían de desgastarse. Los dos, tras jugar partido europeo, mucho menos exigente para los de Emery, y con las ganas locas de imponerse al rival directo en el camino por llegar al final del campeonato en la mejor posición posible. No quise recordar la canción de Emilio José, aquella que dice “ni contigo, ni sin ti tienen mis males remedio” en relación a la ausencia de David Silva que ha pasado a ser un referente del juego creativo, ofensivo y de posesión. Si está para el jueves, ni tan mal.

No cuestiono casi nunca las alineaciones de los entrenadores, porque ellos disponen de mucha más información que nosotros y cada vez trasciende menos lo que realmente pasa dentro de cada equipo. Si nos ponemos a jugar a las adivinanzas, salvo los muy sabios, casi nadie hubiera dado en el clavo. Roberto López, titular en el primer partido del campeonato en Valladolid, volvió a ser de la partida inicial ante el Villarreal, mientras que Januzaj o Portu se quedaban en el banquillo. Junto a ellos los Isak, Monreal, Zubimendi y compañía. El equipo no se parecía mucho al habitual. Era casi el Sanse, pero con más pelos en las pantorrillas. Repito, no es crítica negativa al entrenador. Todo lo contrario. Hace tiempo que destaco su valentía a la hora de tomar decisiones. Pensaba en ganar al Villarreal y no perdía de vista al Rijeka a la hora de poner en la balanza las realidades. Como quiera que las cosas le salen muy bien, solo queda aplaudir y confiar en que las rachas no se trunquen.

Y eso que el partido se le puso pronto cuesta arriba. El Villarreal trasformó el penalti y se encontró con el escenario idílico para su objetivo. Presión alta, a favor de marcador, y dificultar lo máximo posible las maniobras del oponente. En otras circunstancias y en otros equipos, seguro que muchos hubieran pensado que la remontada se hacía imposible. En la Real, no. También de penalti llegó el empate y no bajó la guardia ni el que echa los cohetes.

Cuando escribí el primer beaterio, Erik Jaka había cumplido once años. Era un chaval que iba a la ikastola con pantalón corto y seguro que sus sueños no andaban perdidos por los frontones. Pasado este tiempo, hoy es un merecido campeón del manomanista. Y me alegro infinito, porque nadie le ha regalado nada y en la travesía de los últimos tiempos no lo ha tenido fácil. Con la emoción a flor de piel respondía a los medios que “la pelea siempre merece la pena”.

Eso es lo que hizo también el equipo realista, pelear ante un equipo bien trabajado y aspirante a todo en la presente temporada. El partido estuvo siempre abierto, porque a veces resulta imposible cerrarlos. Se miraban de frente dos gallos que al final se repartieron el botín. Susto en el último suspiro del partido, pero las cosas se quedaron como estaban. La Real sigue vivita y coleando. Supera la prueba de fuego del Villarreal, que es un equipo de postín y que no te deja casi ni respirar. El esfuerzo no sirvió para enlazar la séptima victoria consecutiva, pero el punto permite seguir en solitario al frente de la clasificación. ¡Ni tan mal!

Vamos a ver si en estos días la gente se recupera de golpes y magulladuras, coge aire, respira profundo y se prepara para esa cita, que puede ser histórica, ante los croatas. En quince años de beaterios pocas veces hemos estado en estas circunstancias, hablando de lo bueno y lo bonito, de las ilusiones y sueños, y del público al que seguimos echando de menos. De eso, tampoco había escrito nunca en el camino.

Iñaki de Mujika