Real Sociedad 1-2 Sevilla CF |
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Jornada 33 Liga – 18/04/2021 |
No voy a seguir preguntando como hace una semana, pero os aseguro que ganas no me faltan. ¡Qué barbaridad! ¿Alguien sabe por qué la eliminatoria Chelsea-Porto se disputó en Sevilla, tanto la ida como la vuelta? Esta ciudad se está quedando con todo lo que huela a fútbol. Eliminatorias europeas, Copa va, Copa viene; Eurocopa va, Eurocopa, ¿viene? ¡Cuánto trajín para entenderlo! Necesito un guía que me oriente, una brújula fiable que me lleve por el buen camino. Algo así como la novia de Carlos Fernández (buen gol el suyo ayer) que fue una excelente cicerone en Sevilla el día de la victoriosa final. Ella se ofreció a enseñar la ciudad a un grupo de acompañantes que dieron “un paseíto” de cinco kilómetros, desde el hotel de concentración hasta la calle Betis. Todos encantados por lo bien que explicó las cosas. Además, dio suerte.
De ese recorrido no aparece nada en el vídeo histórico que se ha publicado esta semana bajo el título de Inside, algo así como desde dentro. En él se recogen mil y un pasajes de una expedición que salió de Zubieta en loor de multitud y que volvió encantadísima con un trofeo en la mano para felicidad de este territorio. En medio, un montón de vivencias, tensiones, alegrías compartidas, canciones, lágrimas, gin tonics, el valor de los abrazos, el dolor y la inmensa beatitud y dicha de quienes han escrito una página memorable. Las banderas protagonistas, incluso la de Binissalem con una concha en su escudo. Si no fuera por el enorme trabajo de las personas que grabaron las imágenes desde el amanecer hasta el tardío ocaso, por quienes han realizado el montaje, no dispondríamos de un testimonio grandioso. Así que, mi aplauso a todos los responsables de esa hora larga de huellas irrepetibles.
Uno de los liderazgos de ese trabajo corresponde al entrenador. Imanol no es un técnico de pose y pasarela. Se muestra tal y como es, sin dobleces ni pespuntes. Transmite lo que siente. Gustará más o menos, pero de su mano este equipo ha alcanzado lo impensable. Quiero romper una lanza a favor de los preparadores guipuzcoanos de fútbol. Quizás no valoramos el hecho de que en una semifinal de la Europa League, se vayan a enfrentar dos equipos en cuyos banquillos se sientan Mikel Arteta y Unai Emery, con Imanol Idiakez como ayudante de este. La visita del Sevilla llegaba con Julen Lopetegui, cuya trayectoria como entrenador suma muchas laureadas. Todos se dedican a lo mismo pero han seguido caminos muy diferentes hasta llegar a semejante nivel de responsabilidad. Vivimos en un espacio pequeño. No somos muchos, pero nuestros trainers se cotizan. Da igual la categoría, pero allí donde pongamos el ojo, encontraremos seguro un técnico guipuzcoano. Se cotizan mucho. Por su valor.
Ayer, a la hora del puré con salchichas y de las pencas rellenas, se enfrentaban dos de ellos. Julen e Imanol no son negacionistas. Defienden una idea y siguen con ella hasta el final. Nunca renuncian a lo que consideran válido en sus proyectos, aunque cambien el sistema sobre la marcha y ajusten las piezas. Casi les da igual contra quién se enfrenten. No claudicarán, porque defienden una forma de juego, una actitud y una convicción. Si tenemos que morir, que sea con las botas puestas, podría ser el lema de su filosofía futbolística. Hay una diferencia sensible que responde al nivel de los planteles y a los recursos que cada club dispone para completar el colectivo de jugadores. El Sevilla lo viene demostrando desde hace tiempo. Son fuertes en el juego sobre el césped y en el interior de sus cabezas. Cuando su antiguo compañero marcó el gol que adelantaba a la Real, casi ni se inmutaron. Siguieron a lo suyo, a apretar, a aprovechar los errores del rival, a crearte problemas en las primeras y segundas jugadas a balón parado, a€ empatarte y ponerse por delante en un santiamén.
Luego, tocó remar contra corriente. Pudieron sentenciar antes del final, pero no lo consiguieron y entraba dentro de lo posible que en alguna de las últimas jugadas a la desesperada la Real hubiera empatado. ¿Dónde había que firmar? Es obvio que las ausencias penalizan porque, afrontar un encuentro de esta envergadura sin unos cuantos de tus principales valores, va en detrimento del resultado final. Sé de sobra que al técnico no le gustan las excusas, pero el equipo llega hasta donde puede y a veces no basta.
La victoria del Barça en la final de Copa agobia menos a los que luchan por competir más allá del Bidasoa en el próximo ejercicio y, si las plazas europeas alcanzan hasta el séptimo del campeonato, no cabe otra que pelear por ese objetivo. Me da igual si es por la Europa League, la Conference League o el torneo de Atsegindegi. Si se pueden recuperar piezas importantes y el equipo no se dispersa, estará más cerca de redondear la faena. Bueno será que todos hagan (hagamos) un ejercicio de concentración y que se aparquen las luminarias que aún se desprenden del rebujito sevillano. Coincidí hace días con Javi de Pedro y siempre recordaré de él una frase que no he perdido de vista desde entonces cuando jugaba: “Camarón que se duerme se lo lleva la corriente”.
No todos los rivales van a jugar como el Sevilla aunque seguro que estarán peleando por algo, ya que hay muchas cosas en juego. Por arriba, por el medio y en la zona de catacumbas. Un puntito aquí, tres allá y el calendario al que le quedan pocas jornadas que cubrir. Ahora, solo sirve ganar, ganar y ganar. Todo lo que se consiga será bueno para el convento.