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La Rusia de Hiddink

Me gusta que los grandes partidos concluyan en empate y que los treinta minutos de prórroga decidan el vencedor. No, en los penaltis. Ayer Rusia le pegó un baño a Holanda que hasta entonces venía de fuerte y poderosa, gracias a la consistencia defensiva y a su fluido juego de ataque, que en las contras se mostró letal.


Los de Van Basten probaron ayer su propia medicina, recetada por un técnico que les conoce. Guus Hiddink, "holandés traidor" diseñó un partido tácticamente ejemplar. Dispuso un centro del campo agresivo, presionó sobre la línea de creación enemiga y fue a buscar al equipo naranja a su campo para hacerle incómodo el partido. Apenas pudo y supo cómo romper el entramado de los rusos. De sus filas emergió un futbolista extraordinario que a partir de ahora ocupará portadas y se lo rifarán los grandes, porque hasta ahora su militancia se ha ceñido al Zenit de San Petersburgo, último campeón de la UEFA.

Me refiero a Andrei Arshavin. Una tarjeta roja en el partido de clasificación frente a Andorra le suspendió por dos encuentros. Por eso, no pudo disputar el partido del debut en la Eurocopa frente a España. Tampoco, ante Grecia. Quedaba el tercer y definitivo envite frente a Suecia. Quien ganara, continuaba en el torneo. Arshavin salió del vestuario como los toros desde chiqueros y fue a por los suecos con la ayuda inestimable del "killer" Roman Pavlyuchenko. Ambos se repartieron los dos goles de la victoria que clasificaba a los rusos para cuartos.

En el interim, hasta la confrontación frente a Holanda, escuché unas declaraciones del entrenador del Arsenal, Arsene Wenger. Cuando le preguntan qué es lo más sorprendente, declara sin ambigüedad que: "Rusia", por su talante, por la calidad técnica y la eficacia de algunos futbolistas que no conocía (Arshavin, Pavlyuchenko, Semsov, Anyukov…). Desde ese momento el partido de cuartos me merecía mucho la pena. Wenger es un tecnócrata del fútbol y un analista impecable de los comportamientos del juego y de los equipos. Lo disfrutan los espectadores de la televisión francesa. ¡Qué lejos está Camacho!. Menos mal que se ha incorporado Quique Sánchez Flores que logra mejorar notablemente el nivel de los comentarios.

Como decía, Arshavin me ha maravillado por su actitud, temperamento, velocidad, intuición, agresividad, regate, posicionamiento con y sin balón, calidad…un todo de 27 años que además  es el primer embajador en Rusia del proyecto de caridad SOS Children Villages de la FIFA dedicado a los niños huérfanos. Nunca ha jugado en Champions League. Como es un jugador de talento, sintoniza implacablemente con su compañero de línea, Pavlyuchenko. Ambos constituyen la punta del iceberg de un trabajo en equipo. Rusia apostó por Hiddink, un preparador con una trayectoria espectacular plagada de éxitos: De Graafschap, PSV Eindhoven, Fenerbahçe SK, Valencia CF, Holanda, Real Madrid CF, Real Betis Balompié, República de Corea, Australia, y Rusia.  

La prensa rusa le califica de "mago" y sus futbolistas, también.  Cuando un entrenador consigue victorias, el jugador se esfuerza aún más, por no bajarse del pedestal de una ilusión. Ganadas las semifinales, es claro que hay un equipo emergente: La Rusia de Hiddink.

Iñaki de Mujika