Juan Martínez de Irujo alcanza su cuarta txapela como campeón manomanista. Superó a Xala en la final confirmando el liderazgo de la empresa Aspe en el actual marco de la pelota a mano. González había ganado el cuatro y medio, en tanto en cuanto Xala y Zubieta se impusieron en el mano parejas. Asegarce está pagando la factura de un cuadro afectado por las lesiones, sobre todo la de Aimar Olaizola su buque insignia.
La final del Ogeta confirmó la supremacía del pelotari de Ibero que no dudó en afirmar que esta victoria era la que más satisfacción le proporcionaba, dado lo difícil que es llegar a una final y ganarla. Además el partido del año ha puesto de manifiesto que los pelotazales no han sintonizado mucho con el sistema de competición empleado, porque las gradas no se llenaron en su totalidad y los encuentros previos no levantaron pasiones precisamente.
Las empresas, siempre pendientes del negocio, deberán estudiar con objetividad el comportamiento de los aficionados, la propia disconformidad de los jugadores y el escaso flujo mediático para decidir la próxima fórmula que, a buen seguro, será distinta a la empleada en el presente ejercicio. Una cosa es innovar y otra cargarse la competición.
En vísperas de San Juan comienza el verano, la temporada de ferias y fiestas en las que los mejores pelotaris recorren el territorio. El cachet de Aspe sube con todos los campeones en su cuadro. Las ferias de San Fermin, Bermeo, Donosti o Logroño deberán confirmar esa supremacía y, sobre todo, valorar a los jóvenes emergentes que han firmado un brillante campeonato, que llaman de segunda. Los Beroitz, Aritz Lasa, Arretxe, Retegi y compañía están llamados a aprovechar sus oportunidades de la mano de los clásicos.