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La salida de Martín Lasarte

Martín Lasarte ha cumplido los objetivos propuestos en las dos temporadas de militancia txuriurdin. Logró el ascenso en su primera temporada después de tres años en Segunda. El ejercicio que ahora concluye deja al club, al equipo, a la afición y a la prensa en Primera. Misión cumplida.


Sin embargo, el club decide su relevo. Se intuía el cambio, porque en los últimos tiempos han trascendido encuentros, reuniones y comidas con otros entrenadores. No se sabe muy por qué y para qué, pero lo cierto es que ese camino ha desembocado en el cambio de inquilino de un banquillo que ha vivido buenas experiencias en sus dos últimos años. Experiencias y paz, porque Martín Lasarte ha sido un hombre de sosiego, que no ha creado un solo problema y que ha confiado plenamente en sus futbolistas. La ovación tributada por todos los medios en la rueda de prensa de su despedida confirma hasta que punto se valoraba y respetaba al técnico uruguayo.

Para unos existen razones suficientes. Otros creen que no merece la pena el intento. No faltan demasiados días para que la voz del Consejo en la comparecencia pública del presidente razone los motivos de la decisión. Hasta que eso no suceda todo será especulación o intuición. Lo mismo que el sustituto. Es tal la lista de nombres que giran en torno a la Real, que los rumores podrían cubrir las necesidades de toda la entidad para todos sus equipos y aún sobrarían preparadores.

Paralelamente, dos clásicos en las alineaciones de Lasarte se van con él. Rivas y Tamudo que han aportado lo mejor de ellos mismos. El manchego ha contado con un amplio fervor popular, que no ha sido suficiente para garantizar su continuidad. La abundancia de jugadores canteranos en esa zona exige aligerar carga, a la espera de conocer si llegarán otros refuerzos de caracteristicas diferentes,

Quedan muchas incógnitas por resolver, pero sobre todo quedan argumentos con los que convencer a una afición que no ve las cosas claras. Yo, tampoco.

Iñaki de Mujika