El deporte se llena de méritos y deméritos. Cada fin de semana se mezclan el rojo y el azul, lo positivo y lo negativo. Cuando llega el final de temporada, la tensión acrecienta las emociones, alegrías y decepciones. En el fútbol de Primera, los tres equipos terminaron con nota la temporada. Mérito del Athletic, que competirá en Europa sin jugar la previa.
Mérito, igualmente de la Real Sociedad, que salva los muebles en el último suspiro. Los guipuzcoanos evitan la maldición del descenso, al final de la temporada del ascenso. El Hércules, por ejemplo, no pudo romper con esa tradición. Tal vez, por la marcha de la primera vuelta, el resultado final sepa a poco, pero el objetivo inicial no era otro que mantenerse.
Osasuna concluye la temporada en novena posición. Mendilíbar se hizo cargo del equipo a mediados de febrero tras la derrota en Anoeta. Los rojillos olían a descenso. Por eso, la mano del técnico de Zaldíbar ha sido prodigiosa. Su equipo ha remontado resultados adversos y casi imposibles lo que confirma el talante y la garra de su plantilla.
Concluida la temporada, ahora los despachos cobran actualidad. El Athletic con elecciones a la vista, candidaturas que se intuyen y dudas sobre el próximo entrenador que se siente en el banquillo.
Los realistas parecen decididos a cambiar de entrenador pese a la renovación de su contrato. La quiniela de nombres que se baraja es amplia, lo mismo que la de jugadores del futuro. No será un verano relajado en Anoeta.
Osasuna parece que es el más tranquilo de los tres. Técnico renovado, plantilla consolidada, sólo algún cambio importante de cromos.
En todos los casos, la economía influirá notablemente. Dispendios los mínimos. Ante la crisis se valorarán mucho los aciertos a la hora de mirar a la cantera, dar oportunidad a los mejores reforzando aquellos puestos decisivos para que el entramado de cada equipo no se rompa y los objetivos sigan estando al alcance.