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A vueltas con el pisotón

El pisotón de Pepe a Messi ha dado la vuelta al mundo y la imagen repetida con todo tipo de detalles se ha visto hasta en Turkmenistán. Estamos hablando del balón de oro, del jugador mas carismático del momento, al que le han tratado de forma macarra y antideportiva.


Como el linier no apreció, el árbitro no se enteró y los pinganillos no funcionaron, la cosa se quedó como si nada, mientras el resto del universo se llevaba las manos a la cabeza.

Desde tiempo inmemorial, el Comité de Competición de la RFEF sólo se guía por el acta de los colegiados. Se juzga lo que está escrito en el documento oficial de cada partido. Es decir, no se meten en charcos, a no ser que el club perjudicado por la indisciplina decida presentar una reclamación y les obligue a actuar de oficio.

A la vista de los acontecimientos, todo quisque preguntó al Barça si iba a solicitar la intervención del comité a resultas del incidente. Los catalanes dijeron claramente que "no". Su deseo es evitar polémicas que no conducen a nada. El mal está hecho. La peor imagen posible queda en el lado de su principal rival que trata de salir del marrón como buenamente puede. Misión imposible, porque hay precedentes en el tiempo pasado. ¿Quién no recuerda la colección de patadas y mamporros que propinó a Casquero y Albín?. Entonces, expulsado, le sancionaron.

Pero ahora no hay más que imágenes de televisión. Inequívocas. Y como el trencilla no tiró de pluma, pudiera suceder que el portugués quedara indemne por lo hecho. Sería un descrédito para el fútbol de aquí y para quienes velan por el orden de la competición.

Por eso, es posible, y sin que sirva de precedente, que el comité actúe de oficio. La imagen de la que llaman mejor liga del mundo sufre menoscabo y queda deteriorada, salvo que alguien ponga orden. En ese caso habrá que aplaudir. Máxime si la sanción es ejemplar.

Iñaki de Mujika