¿De qué están hechos los ciclistas?. La eterna pregunta que nos hacemos desde hace mucho tiempo. Acaba la primera semana del Tour antes del primer descanso. En los cuarteles generales se hacen los recuentos. Pasan lista y comprueban el estado de la cuestión. Algunos conjuntos siguen incólumes con todos sus integrantes. Otros pierden alguna unidad y otros más le dan vueltas al varapalo.
Es el caso de Euskaltel Euskadi que de una tacada perdió a Mikel Astarloza y Amets Txurruka, ambos llamados a hacer grandes cosas en ayuda del líder Samuel Sánchez que caía un día después para descalabrar todo el proyecto naranja. En la misma montonera se vio involucrado Gorka Verdugo, que con una brecha monumental, al igual que Amets, tuvo bemoles para cubrir los veinticinco kilómetros que restaban para la meta en Metz.
He visto una foto de la herida del ciclista navarro. Da repelús. Va a lo largo de la tibia como si te hubieran pegado una cuchillada. Un día después, sabiendo lo que había sucedido la víspera, hizo de tripas corazón, se montó en la bici y a pedalear. El de Etxarri Aranaz llegó a meta con veinte minutos de retraso, pero llegó y se merece un aplauso. Otros se hubieran retirado con justificación suficiente.
Como digo es el día del descanso y la reflexión. El Sky está como una moto. Gana etapas, gobierna en el pelotón y lidera la general. ¿Qué más pueden pedir?. Sin duda, llegar a París en las mismas condiciones. Obviamente los rivales están para dinamitar ese poderío, esa demostración de fortalezas que les otorgaba la condición de favoritos desde el inicio.
Ha sido la semana de las caídas, de las escapadas sin premio, de los sprints entre kamikazes y de los nombres propios. La gente que hace porras apostó por Cavendish, Greipel y Sagan. Lo del eslovaco es un escándalo en toda regla. Con veintidós años se comporta con el descaro de un veterano y la pasión de quien quiere comerse el mundo. Del cóctel de ambos ingredientes sale un combinado explosivo y arrebatador.
Ahora deberá ceder el protagonismo a otros, a los escaladores, a quienes se baten el cobre entre cuestas, porcentajes y desarrollos. De los Alpes a los Pirineos. Sólo para valientes y presentes, porque ausencias hay demasiadas. Unas que ya se conocían antes de iniciarse la ronda. Otras, motivadas por el devenir de los acontecimientos. Las ilusiones se marchitan cuando menos lo esperas..