elbeaterio.es

Despedida entre silencios

Casi, casi, la noticia la publican en una esquinita de los periódicos. Liquidan con cuatro párrafos varias décadas de humilde historia. El Lemona, el club de Arlonagusia, desaparece porque la situación económica, la falta de apoyos y patrocinios le deja en la estacada. Como a tantos otros. Atrás quedan los años de bonanza, aquellos en los que se pelearon por lo mejor que tenían a su alcance.

Lo último ha sido un calvario que condenaba. Ejemplar el comportamiento de los futbolistas quienes sin percibir un euro han jugado hasta el final, defendiendo la camiseta rojinegra. Otros equipos se quedaron en el camino. Ni el Poli Ejido, ni el Sporting Mahonés, ni el Villanovense, aguantaron el tirón y se retiraron en mitad de la competición.

Los jugadores trataron de inventarse cosas para encontrar soluciones que paliaran la lamentable situación que les afectaba. Recabaron camisetas de los compañeros y amigos de Primera División. Hicieron un sorteo con ellas. Con la recaudación trataron de pagar los viajes y la gasolina, gastos para acudir a entrenamientos y partidos. Por dos años, de forma consecutiva, siguieron en la Copa de la Federación el camino para conseguir un premio económico y sustancial que no resolvía los problemas, pero los podía hacer llevaderos.

No pudo ser. Las dos finales se perdieron, la última de modo cruel. Aquello parecía el “no va a más” como así ha sido. Nada ni nadie ha encontrado la tecla para evitar, no ya un nuevo descenso de categoría por impagos, sino la propia existencia del club que ahora desaparece. Los libros de historia recogerán los momentos estelares, los mejores tiempos, aquellos de los que las entidades presumen.

Pero a mí, me gustan más los últimos esfuerzos. Los de los futbolistas que con la piel hecha jirones se reunían en los viejos vestuarios, escribían notas y las leían avergonzados tratando de despertar conciencias y encontrar respuestas a su lamentable situación. He hablado con algunos de ellos muchas veces tratando de entenderles y ofrecerles una palabra de esperanza. Los que sigan jugando la encontrarán en nuevos proyectos. Los que se retiran hablarán de experiencia. Y los seguidores del Lemona verán crecer una nueva entidad que ocupe el hueco que el silencio de la despedida les ha dejado vacío..

 

 

Iñaki de Mujika