Me gusta Soria. Se lo he dicho esta mañana a un pintor acuarelista, Javier Sagarzazu, con el que me he encontrado. Llevaba en mis manos el tríptico de San Juan de Duero, un formidable resto de un claustro románico a sus orillas, en el que me forré a hacer fotos de arcos románicos y entrelazados de clara influencia islámica, formulados con piedra arenisca de Valdonsero.
Lucía el sol y se estaba en la gloria, compartiendo sinfonías verdes y ocres, junto al agua caudalosa y paciente del ancho río. Me acordé en su orilla de aquellos versos de Gerardo Diego que un día aprendí de memoria: "Rio Duero, Rio Duero, nadie a acompañarte baja..". En verdad que me encontraba solo con todo para mí frente a los restos únicos que quedan de la vieja muralla.
Luego, busqué el centro de la capital. Aparqué en El Collado y me encontré con Jose Barkero. Había quedado con el nuevo futbolista del Numancia. Un aperitivo en una terraza de la Plaza San Clemente (Di Marco). Pedí un bítter Cinzano y me trajeron un "Kas". Como luego iba a conducir me dio igual, pero recalqué que fuera Cinzano "porque es y sabe a otra cosa".
Intentamos comer más tarde en "El Fogón". Lleno y lista de espera. Jueves. Luego, dicen que hay crisis. Recurrimos al "Rincón de San Juan" que se ubica en la Plaza del Olivo. Terrazita. Muy a gusto. Se come bien. Compartimos de primero una ensalada templada de ventrisca, pimiento rojo y salsa de queso. Luego, una tosta de hongos y foie. Frente al rape (buena pinta) del futbolista, me liquidé unas chuletillas de cordero. Coincidimos en el postre con una tarta de chocolate. Café, además de agua y un tinto Emina de Valbuena.
Al postre llegó César Palacios, el capitán del Numancia. "Colocados" los hijos, pidió un zumo de naranja. Alargamos la sobremesa casi hasta la seis de la tarde. ¡Luego dicen que las mujeres rajan!. Si llegan a poder escuchar la conversación sobre primas a terceros, maletines, etc., se les atraganta el menú. ¡Cómo está el fútbol!. Me alegra que los dos jugadores coincidan y que además se lleven bien, porque admiro su cordura, su humildad y el esfuerzo por salir adelante, después de haber atravesado momentos poco gratificantes. Esa es la grandeza.