Por ejemplo, para coger un catarro, gripe o pulmonía. Un partido como el de ayer en Mendizorroza debería haber sido suspendido por respeto al respetable. Vaya tardecita. Ni una sola alegría termométrica. Ni un grado más alto que otro. Y la popa pegada al asiento. Frío como la piedra fría. El beaterío, tieso como la mojama, apenas tuvo argumentos para el disfrute.”La buscas y no te la encuentras”, se escuchaba en el “pipi room”.
Pudo ser también un día adecuado para coger una toña, tea, o melopea. No te venden alcohol en las cantinas, pero funcionan las petacas. A veces un golito, te invita a un chupito. Y si son dos, se admite repetición. Y tres, manga asegurada. Lo malo es que los tantos, como casi siempre, iban en una sola dirección. A los seguidores realistas no les dio tiempo ni a dar un tiento. Sequía y secadero.
Igualmente, sirvió como somnífero. Si los 22 te aburren y no dan una a derechas, a lo mejor encuentras postura y te echas un sueñecito con derecho a ronquido. O en su caso, entras en la conversación de la fila de atrás, tan aburrida como la tuya, que prefiere discutir sobre Dayron, Javi, Raquel o Pepe, supervivientes del GH, que analizar el comportamiento de las muchachadas de Oliva o Amorrortu, que como palmeros no tienen desperdicio. ¡Vaya garbo!.
Puede valer, incluso, para no llamar al árbitro por su nombre, empleando toda suerte de jaculatorias. “Arbitro, que se te ven las puntillas” gritaba desaforada una señora, en el momento en que un linier corto de vista anuló la opción del merecido tanto de Nihat , cuando el marcador estaba en un 1-0 y todavía habia partido. Pero el auxiliar de Burrul ratificó la serie de desatinos que desde el día de Santander no nos abandonan.
Pero, un partido como el de Mendizorroza sirve para certificar tendencias. La de los jugadores que están sin alma, sin tensión, sin casi nada. Aunque a algunos les quede palabra para declaraciones sin caridad. Sirve para que los que vienen contando las horas del técnico ratifiquen su compromiso con el cese. Y sirve para que te anuncien que vienen González y Viáfara, que están llamados a ser viático y extremaunción. Y si le echan, ¿a quién ponen?