El Beaterio de Iñaki de Mujika

Frutas Pepe

Una de las cosas buenas que tiene Bakero es no quejarse de las trastadas arbitrales, porque no merece la pena y no resuelves nada. Ayer, el penalti que dio al Cádiz la oportunidad de empatar se lo sacó de la manga el linier que tuvo la habilidad de ver lo que nadie ve y de desorientar al árbitro esquinas que hasta entonces había llevado el partido por la zona ancha de la tranquilidad. Sin someterse a la presión descomunal de una grada envidiable que animó a los suyos, incluso cuando estaba con pie y medio en Segunda División.

Nuestro amargo cáliz continúa. El domingo llega el Celta con empanada, pandeirada, muñeiras, pulpo a feira y lo que se tercie. No sé cómo les vamos a recibir, pero el beaterio entusiasta debe llenar la grada, jalear, reventar el partido. Y los jugadores deben afrontarlo como si fuera el último encuentro que van a jugar en su vida. A muerte, sin tregua, sin descanso y, si es posible y se tercia, con un poquito de acierto.

Anoche en Carranza tuvimos con el 0-2 unos contraataques de sentencia y los jugamos como las madres bernardas, con hábito y toca. Y un poquito de almidón para que sus ropajes estén tiesos y el contrario sienta algo duro cuando te chocas. De nada vale un gol al principio de cada tiempo, si luego accedemos a la tienda de pañales y nos encontramos con un rival que nos da una soba de izquierda a derecha y por el centro.

Joshe Mari se ha cortado el flequillo. Debe ser para que los soplidos y los resoplidos no le cieguen la visión. Tiene tres días para que sus chicos se pongan las pilas, reaccionen ante la necesidad y lleguen a 42 puntos—no de de sutura—.porque de esos ya se llevó anoche siete el meta Riesgo, que tuvo mareos.

Y termino con un amable conductor que ayer me adelantó en la autopista de Cádiz con una furgoneta que lucía su publicidad. “Frutas Pepe”. Llevaba fresones de Huelva, melones de Villaconejos y espárragos trigueros de Camposoto. Me miró. Le miré. Nos miramos. Debió adivinar que lo mío y lo de ustedes es mucho más complicado y menos sabroso. Anoche, no me fui de copas.

Iñaki de Mujika