Iñaki de MujikaEl director del Tour de Francia, Christian Prudhomme declaró a finales de julio que "No podemos decir que Rasmussen hizo trampa, pero su falta de seriedad y sus mentiras sobre su paradero son insoportables". Así se lo cargaron. El danés era el líder del Tour 2007 y olía a ganador que apestaba. Superaba con éxito sus limitaciones en la contrarreloj. Era un líder consolidado con una ventaja superior a los tres minutos sobre sus perseguidores cuando quedaban sólo cuatro etapas para llegar a París.
Los problemas, o las dudas, o las sospechas, comenzaron en junio. Los corredores deben, por ley y reglamento, estar siempre localizables. Para ello deben informar a la UCI del lugar exacto de su ubicación, siempre con el objetivo de poder pasar un control antidopaje si son requeridos para ello. Un comentarista de una televisión italiana aseguró haber visto a Rasmussen en los Alpes, mientras el corredor aseguraba encontrarse en México, junto a sus suegros. Se da la circunstancia de que el ciclista danés contrajo matrimonio con la corredora de aquel país Cariza Muñoz Carrete y ambos son padres de un niño.
La presión del Tour, de la UCI, llevó a su equipo a retirarle de la carrera, expulsarle de la formación, ante la sorpresa general. Los periódicos de aquellos días están llenos de noticias y manifestaciones de los componentes del conjunto holandés en los que reconocen que nadie sabía nada, que les había ocultado información, que se sentían engañados…etc.etc.etc.
Era culpable para todos. Incluso la federación danesa le echó del equipo. No participó en los Mundiales de Stuttgart y, en principio, tampoco estará en Beijing 2008. Pero, el 8 de noviembre, Michael Rasmussen convocó una rueda de prensa en la que reconoció no haber estado en México para preparar el Tour y que ocultó la verdad a la UCI, alegando "problemas matrimoniales".
Aseguró, también, y aquí se abre un nuevo proceso, que "mi equipo estuvo siempre informado y supo en todo momento donde estaba. Lamento haberme comportado así, pero lo hice por problemas matrimoniales" aseguró el danés al tiempo que negaba haberse dopado. "Nunca en mi carrera he tomado EPO (eritropoietina), Dynepo (EPO producida a partir de células humanas) ni otras sustancias prohibidas. Necesitaba paz y sospecho que la prensa no me la hubiera respetado. Quizás corrí un riesgo demasiado grande"
Rasmussen amplió detalles y, paso a paso, destacó, con fechas inclusive, todos sus movimientos. El 7 de junio se reunió con Eric Breukink, su director, en Bérgamo (Italia). "Del 4 al 19, estuve en ese país, preparándome. Mantuve contacto con varias personas del Rabobank", añadió.
Los Alpes franceses fueron su destino entre el 20 y el 23, y dos días después, viajó a los Pirineos con un billete pagado por su equipo, y allí estuvo acompañado por un cuidador del Rabobank, aseguró en la rueda de prensa.
El ciclista danés presentó análisis de sangre de los últimos tres años y recalcó que jamás ha consumido sustancias dopantes. Rasmussen desmintió además cualquier relación con el médico italiano Michele Ferrari, con el que dijo no mantiene la menor relación y que la única vez que le ha visto en su vida fue en 1997.
Y ahora ¿qué?. Rasmussen se saltó el código interno de la formación, ya que mintió sobre su paradero durante los entrenamientos previos a la carrera. Esa es la noticia para el gran público, pero si el corredor afirma que muchas personas del equipo conocían dónde estaba, cabe preguntarse qué pasó para que ninguno de los suyos le sacara la cara en aquel momento.
A la nueva situación se le van a añadir nuevos flecos. Rasmussen justificó el retraso en ofrecer su versión por "respeto" al informe que el Rabobank presentará próximamente. El corredor asegura que ha colaborado en su elaboración, y señaló que había decidido hablar porque el equipo no quería facilitarle el contenido del mismo. Ahora, ante la apuesta pública de Rasmussen, que les ha dejado "patas arriba", qué pueden decir los holandeses. ¿Habrá algún equipo capaz de contratarle?. ¿La UCI optará por un camino diferente a la hora de juzgarle?. Demasiadas, e interesantes, incógnitas en torno a una decisión que privó a Michael del éxito que legítimamente le correspondía.
