Reconozco que cuando entrevisto al fotógrafo Pedro Usabiaga termino de los nervios y rezumando envidia por los poros. Es una máquina de experiencias creativas. Su trabajo se lo rifan las principales revistas internacionales. Lo mismo diseña una carátula de un CD que pone en fila a ocho decenas de futbolistas, atentos al objetivo y sin miedo a que sus fotografías jalonen las paredes de una exposición. Con lo "lerdomaris" que son la mayoría, sosos a reventar, Usabiaga les convence para lo imposible. Ese es su primer mérito.
Ayer me acordé mucho de él. Admira a Dudú Aouate, el portero del Depor, cuya foto se puede encontrar en Internet a las primeras de cambio. Me habló muy bien de él. Valora su forma de ser y la serenidad con la que se sitúa ante la cámara. El crochet que le lanzó su "compañero" Munúa le ha puesto el ojo a la funerala, le ha desfigurado el orbicular y le ha cambiado las cremas hidratantes por la mercromina. Tardará un tiempo en plantearse un posado. ¡Usabiaga se queda sin modelo y Lotina sin guardametas!.
Cuando las tensiones afloran y los nervios se desatan, cualquier cosa puede pasar y ninguna buena. Nuestro equipo, en este sentido, ha sobrevivido a los sobresaltos. Algún "rifirafe" saltó a los aires en tiempo pasado. Se le dio el bombo justo, porque, por lo general, aquí no se hace noticia de un "cuerpo a tierra que viene la aviación". De aquel expediente a Juanito se supo poco, y del reciente a CC, menos, porque los que lo abrieron tras las "inundaciones de la lavadora" ya no están, y los que han venido ahora bastante tienen con lo que tienen como para pisar charcos y salpicar. Carpetazo.
Preocupan más otras cosas. Entre ellas, el comportamiento del equipo sobre el campo y en el marcador. A la espera del debú de Mérida, ayer de turista, y la llegada de otros integrantes, la plantilla ha recibido el "placet" a sus peticiones. La prioritaria, que el entrenador continúe. Y sigue, porque no cabía pensar en otra cosa. Queda prácticamente una vuelta entera por delante con puntos en disputa para alcanzar el objetivo. De ellos depende. Ante el Alavés anoche creyeron en el milagro hasta el último minuto y la suerte caprichosa permitió que Elustondo rompiera el 0-0. Ciertamente, Teixeira y su ayudante impidieron que el 1-0 llegase antes, cuando el remate de Gari Uranga era legal.
Respiró Coleman y la plantilla después de una semana intensa, en lo interior y en lo exterior. La emoción asomó en los ojos de Elustondo. El sabe muy bien por qué. Para terminar, un tirón de orejas. La ceremonia del saque de honor del expresidente Orbegozo me pareció bastante cutre. Detalles como éste deben cuidarse. Si llega a acudir el fotógrafo Usabiaga le da un mal y ¡de los grandes!.