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El Grao de Castellón

No es fácil acertar en el Mediterráneo. Los socorridos arroces terminan siendo la tabla de salvación, sin meterte en berenjenales. Un domingo, en el puerto de Castellón (El Grao) es sinónimo de sol, buen tiempo y mucha gente dando vueltas y tomando el aperitivo en las numerosas terrazas que rodean el paseo y el mar. Da igual que sea enero. Las mesas se llenan.

Después de la caña y los calamares, se trataba de encontrar el sitio en el que sentar las posaderas antes del fútbol. Los "compis" probaron de víspera Casa Juanito, pero las reservas dejaron el restaurante sin lugar para forasteros. No se pudo repetir. Muy cerca, nos asomamos a "La ballena". Es un lugar pequeño en el que reservas de antemano, o no comes.

Nos decidimos por un arroz  caldoso con bogavante que se debe solicitar con anterioridad. El sitio es acogedor, muy bien decorado y con pocas mesas. Ni niños gritando, ni agobios. ¡Se agradece un poco de paz!. Mientras nos llegaba el plato fuerte, nos decidimos por unas almejas en salsa de tomate y sepia con habitas y salsa de chipirón. Los dos platos francamente buenos nos sorprendieron. Nunca había comido así las almejas y las "sepitas" combinaban muy bien con la verdura.

Los bogavantes y las langostas que componen los platos del restaurante conviven en una hermosa pecera de la que un camarero sacó la pieza que correspondía a nuestra selección. Vivito y coleando nos lo enseñaron antes de llegar a la cocina. Un hermoso perol llegó a la mesa. Olor y sabor exquisitos. El bogavante perfectamente troceado y fácil de comer. No como en otras partes, donde "lo tiran" flotando sobre el arroz. "Ración vasca", porque nos servimos un plato, luego otro, y encima sobró.

José Luis, creo que así se llama, dueño y responsable del lugar, se da más tarde una vuelta por las mesas. Se nota que le gusta saludar. Sin decir "ni esta boca es mía", intuyó que veníamos al partido de Castalia. ¡Nos huelen a kilómetros!. No éramos los únicos, ya que en otra mesa también se pusieron las botas, otros donostiarras que aprovechaban el viaje. Nos habló de un chico de Irún que había trabajado allí durante varios años. Le puso por las nubes, como no podía ser de otro modo. Me dijo que se apellidaba Gutiérrez.

Helado de turrón para terminar. La carta de postres no es muy extensa. Muchos helados. Café, sin chupito, pese a la invitación del propietario. ¡Tocaba currar y luego conducir!. La dolorosa ascendió a 45 euros por barba, sin vinos. Este año hemos comido bastante peor y pagado más, así que esta ballena pasa a la lista de "repetiremos", tanto si nos toca volver a Castellón, como si jugamos, ojalá, en Villarreal. Por cierto, por alguna razón que ignoro este emplazamiento no aparece en las guías habituales de la gastronomía.

 

Datos de la ubicación:

 

LA BALLENA

Grao de Castellón (Castellón)

Paseo Buenavista, 4

Teléfono: 964283593

Iñaki de Mujika