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Sosos..y un poquito del Getafe

Mi cuerpo está a prueba de adoquines. Lo de ayer en Balaídos fue bastante más que un muro de ladrillo contra el que nos dimos cuantas veces fue menester. Estamos acostumbrados a los atascos. Incluso, cuando el rival apura sus últimas esperanzas de llegar a tiempo al tren del ascenso, acumula personal en la zona ancha.


Miedo a perder de los gallegos, más que ganas de ganar. Una nube de centrocampistas para evitar un ridículo ante su afición. ¡Algo más que conformismo!.

El mediodía no estuvo mal. Elegimos la Calle Triunfo (a ver si se nos pegaba algo) para compartir mesa redonda. El restaurante se llama "Capitán". Sin reserva y casi lleno. Somos cinco y no quieren perder la oportunidad de que nos vayamos, Entre el pulpo, la empanada de xoubas, unas almejas en salsa, más un rape a la gallega con cachelos y un pimple de Albariño, me tocaron las polainas más que nunca. A los "plumillas" jóvenes les gusta darme caña, meterse conmigo porque defiendo a los jugadores. Luego, café. Más tarde, la factura (con precio de cuando hice la mili de corneta). Los partidos de las seis y media permiten ciertas licencias.

Después el fútbol acaba con casi todo. Te imaginas un partido y sale otro. Crees que vas a jugar bien y estás más soso que un viernes santo a las tres de la tarde. Lo intentas y no te sale. Te jamas el coco y no das una a derechas. Ni a izquierdas. Encima llega Lequi más solo que un oasis en el desierto y te clava un chicharrito para que te espabiles. Es el momento en el que la salsa de las almejas se revoluciona en lo más profundo de tu ser.

Castillo galopa, Díaz de Cerio se desmarca en ruptura y volvemos al punto de partida. La segunda mitad no merece la pena. La contra del último compás no la mejora ni la comunidad de Madres Bernardas del convento de Algemesí. ¡Que se acabe, grité! Un punto es un punto, pero nos hacen falta tres. Y hemos de conseguirlos dentro de una semana ante el Nàstic. De eso, sólo de eso, quería hablar ayer el míster. Normal. ¿Para qué enrollarse con la ocupación de espacios y el firmamento estrellado, si no contamos con un cohete que nos acerque? ¡Sosos, que somos unos sosos!

Me he hecho del Getafe. Me gusta cómo la pelean, cómo disfrutan lo que hacen. Siento envidia sana. Les ves y te entra una cosita. Se calzan al Benfica y no dejan en la cuneta al Bayern porque la suerte se durmió aquella noche. Once millones de espectadores siguieron su intento de hazaña. Me apasionan los humildes. Ojalá ganen esta semana la Copña. Son cuatro con un tambor. ¡Qué bien suena!. Lo añoran los seguidores realistas. Acudieron unos cien y se mojaron porque llovió lo que quiso. A la salida de vestuarios, un chico joven me paró: "Iñaki, ¿para esto hemos hecho 800 kilómetros?". Traté de animarle. ¿Qué le vas a decir? Somos tan sosos y un poquito del Getafe…

 

Iñaki de Mujika