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La sombra del ciprés (Prieto) es alargada…

Nos hemos pasado la semana especulando sobre el posible sustituto de Xabi Prieto. Me gustaba el proyecto Gari Uranga, porque le suele dar al juego un punto de verticalidad, de furia y de entusiasmo, virtudes de las que no estamos sobrados (ayer menos). Pensé en Gorka Larrea, porque le adornan similares características y porque además es el "mejor pulmón" de la plantilla, a la que noto un puntito asfixiada (ayer más).

Antes de oficializarse la lista de convocados no perdía de vista a Dani Estrada. Item más, cuando entre los elegidos incluyó a Novo llegué a creer en sus opciones que son las mismas que le trajeron a este club.

Ni Gari, ni Gorka, ni Dani, ni Álvaro. ¡Nadie!. En una tarde de sol y moscas, con alguna gota de las nubes negras que se cernían sobre Anoeta, nos encontramos con uno de esos atascos monumentales que nadie fue capaz de resolver. Ni a golpe de pito, ni de porra. La última vez que estuve en Roma me hinché a ver monumentos de piedra, cuadros y catacumbas, curas y monjas, carabinieri y "pilinguis", pero lo que más me llamó la atención fue un atasco. La una del mediodía, delante del monumento a Víctor Manuel II, coches, motos, autocares, bicicletas y gente. No hay un solo semáforo, ni un guardia que se atreva. Se insultan, se gritan, se pelean, porque todos quieren pasar y no se encuentra el sitio.

Te quedas perplejo, te los pasas en grande y casi aplaudes por el espectáculo. Nadie sabe cómo, pero el atasco desaparece. Todos los días, a la misma hora y en el mismo lugar. No viene en las guías turísticas, pero se lo recomiendo. La Real está en esa tesis, buscando como salir del atasco en el que se ha metido. No acierta con la nueva estructura del centro de campo, donde falta fluidez y orden. Al guardia de la porra (Martí) le han quitado el uniforme y no puede hacer sonar el silbato que ponga las cosas en su sitio. El equipo nos dejó en Vigo una sensación de "sí, pero no", que ayer corroboró con otra actuación poco convincente.

Cuando hace una semana le pregunté al entrenador por el partido, me respondió: Nastic, Nastic, Nastic. Ayer no entré en la sala de prensa, porque me sé de memoria que hoy, mañana, pasado y al otro, sólo cabe pensar en Málaga, Málaga y Málaga. Si queremos mantener viva la llama de la ilusión, si deseamos seguir con opciones de ascenso, si no queremos capotar…no nos queda otra que obtener la victoria. Allí tampoco estará Xabi Prieto. Su sombra es alargada, como la de aquel ciprés que escribió Delibes. Pedro, el protagonista, buscó salida a sus decepciones haciéndose marino. Algo deberemos inventar. El presidente, por cierto, se fue a toda pastilla con Cagigao al palco de San Mamés. Allí jugaba el Valencia. Cosas.

Iñaki de Mujika