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Presentación con sordina

Que la Real no está para echar cohetes lo saben todos los que le siguen. La presentación oficial del equipo se llevó a cabo en Zubieta, ante un par de miles de aficionados, que acudieron en la lluviosa mañana elegida para cumplir con el trámite. Lejos quedan los oropeles de Anoeta, cuando la puesta de largo se cuidaba y mimaba.


Ahora ni estamos para gastos, ni parafernalias. Lo justo. Una faena de aliño y arreando, que todas las fuerzas deben apuntar al mismo objetivo: el ascenso. Las cosas hubieran llevado un trámite aseado, si el presidente Badiola, poco antes del acto y a través de Karmele Zubillaga (relaciones públicas), no comunica a los doctores Escobar y Gorrotxategi su no continuidad en el club minutos antes de la presentación.

Jugadores y técnicos se negaron a salir al terreno, pese a que la megafonía anunciaba su presencia. Según trasciende, la tensión entre el presidente y los componentes del plantel subió de decibelios. Badiola amenazó con dimitir y terminó por ceder en medio de la tormenta. Sólo él se dirigió a la concurrencia ignorante de lo que antes había sucedido. Los futbolistas entendían que si Rivas y Mikel Alonso salían con los demás para realizar la foto, los galenos debían recibir el mismo tratamiento.

No se trata de discutir ahora la decisión respecto del futuro de los doctores, como de otros trabajadores del club, a los que puede afectar un expediente de regulación de empleo (ERE), sino de la poca habilidad que el club y su presidente manifiestan en situaciones en las que la idoneidad no alcanza la mejor nota.

 

 

 

Iñaki de Mujika