La esperanza de que el juez suspendiera la Junta del 20D se ha difuminado. Pese al informe de los administradores y a su solicitud, nos vemos el próximo sábado en la arena del Atano III. Como los gladiadores, con casco, escudo, lanza, ócreas y glaudius . Todo será necesario para salir con nota de la que se avecina. Al presidente, las dos últimas decisiones le han reforzado, del mismo modo que su popularidad encontró en el asunto Jesuli un nuevo brío para seguir en la pelea, aunque sepa que el mundo entero, porque tonto no es, está en su contra.
Parte de ese mundo lleva en reuniones varias jornadas tratando de organizarse con el único objetivo de poner punto y final a la actual gestión a través de una remoción que se solicitará en el día y hora anunciados. Para entonces habrán acumulado miles de acciones, buenos paquetes procedentes del desencanto de quienes hace casi un año apoyaron al presidente y hoy no están de acuerdo con su gestión. Para quitar a unos, deben buscarse otros. Aquí empiezan las dificultades, porque este club necesita buenos y rectos gestores. Los nombres que hace correr la rumorología no aportan novedades. ¿Para que engañarnos?
Por eso, vista la dinámica y salvo milagro, mis acciones si llegan a tiempo se quedarán en casa. Convivo sólo con la ilusión del equipo. Son la parte más importante del proyecto actual y futuro. Pese a que en los radios de las ruedas les ponen palos, pese a que la carreta circula por barrizales, los futbolistas, con sus técnicos al frente, constituyen el único cheque fiable en esta historia lúgubre en la que los pocos gozos que quedan se van día a día al pozo.
A veces ganan, a menudo empatan y de vez en cuando pierden. De manera injusta anoche. El Carlos Belmonte era como Alaska pero sin pingüinos. Viento gélido y una Real convencida de su victoria. Dominó más que nunca esta temporada. Le hicieron más faltas que nunca y falló ocasiones como casi siempre. Aún a esta hora me pregunto cómo fue posible perder. El Albacete marcó dos goles sin chutar a puerta. Nos dejaron fríos en una semana en la que los puestos cimeros los sentimos muy cerca. Nuestro gozo de estar en dos semanas entre los tres primeros se nos ha ido al pozo.
No sé tampoco si estos próximos días nos sacaran del otro pozo o nos hundirán más en las miserias de la confrontación, la crispación y el desencanto. Con eso, tampoco gozamos.