El Ciudad Real consiguió anoche ganar en Toledo (27-34). Dicho así, parece nada. Sin embargo, el triunfo del conjunto manchego constituye un récord, porque esa victoria alcanza la cifra de sesenta consecutivas. Es decir que, el equipo que entrena Talant Dujshebaev lleva ganados todos los encuentros del campeonato de liga desde hace más de dos temporadas.
No hay club en el mundo que se le parezca, ni especialidad deportiva en la que podamos encontrar un recorrido de semejante naturaleza. La cifra tiene visos de seguir creciendo y posiblemente sólo debamos esperar a los duelos frente al Barcelona para saber si la diferencia y el récord aumentan.
El caso del Ciudad Real es único. Un día surgió un apasionado por el trabajo y los retos. Se llama Domingo Díaz de Mera. Entendió que el balonmano era una oportunidad sobre la que hacer crecer un enorme proyecto. Puso los recursos, se rodeó de gente capacitada e inició un camino. En el recorrido, por su vestuario han pasado los mejores jugadores del mundo. Han ganado ligas, Copas de Europa, Supercopas, Champions League y lo que sea menester. Incluso, construyeron un pabellón acorde con el nivel de sus jugadores.
Ciudad Real plantea las cosas a futuro. Julen Aginagalde, uno de los grandes componentes de la plantilla manchega, militaba en Ademar de León, cuando el club manchego mostró su interés por contratarle. Pese a que le faltaba un año por cumplir de su contrato y quedaba mucho tiempo, dio el "sí", garantizándose, a la conclusión del mismo, la relación entre ambos. Los fichajes y las previsiones se realizan con tiempo. Por eso, pese a que la crisis afecta al presupuesto de la entidad, ha sido capaz de mantener un equipo competitivo con el que llegará hasta el final de todas las competiciones, sin perder mucho valor ni dejar de ser competitivo.
Sólo los pequeños detalles decidirán. Su gran rival, el Barça, lleva mucho tiempo tratando de destronarle, pero gasta demasiado dinero en contrataciones y no acierta a componer una plantilla que le gane. Son dos estilos diferentes de entender las cosas. Mientras tanto, el récord sigue creciendo. ¡Sesenta y subiendo!