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Toni Elías

Toni Elías se proclamó campeón del mundo categoría Moto 2 este domingo en Malasia. Su primer título le llega a los 27, casi tantos años como llevaba intentándolo. Pese a disponer de un primer apellido profético, la fortuna y la providencia no le acompañaron en los momentos en los que acariciaba el triunfo que anhelaba. En Assen se rompió una pierna, y antes y después disputó pruebas en todas las cilindradas. Aquel pudo ser un momento de inflexión.


La carrera del piloto de Manresa no ha sido para nada un camino de rosas. Le faltaron medios y patrocinadores. Incluso su madre, Mei Justicia, debió vender su coche, un Volkswagen, con el que recaudar fondos para que su hijo pudiera competir. El segundo apellido tampoco se corresponde con los resultados, porque los circuitos y el trato recibido fueron muchas veces injustos con este piloto al que los aficionados adoran, tanto por su manera de pilotar como por su simpatía.

Cuando al terminar la prueba llegó a boxes, ya campeón del mundo, no ocultó ni su emoción, ni los sacrificios. Al primer micrófono que le preguntó respondió sin vacilar: "Esto es increíble, una pasada. Llevo muchos años trabajando para esto y no sabéis lo duro que ha sido. Se lo dedico a mi equipo, a mis padres, a mi hermana, a mi familia, a mis amigos. No me quiero dejar a nadie. Hemos cumplido el objetivo y hay que disfrutarlo".

Esta subida a los altares de la gloria deportiva se la debe a su constancia. Elías vio esfumarse hace un año la posibilidad de seguir compitiendo en Moto GP, porque la apuesta de su escudería fue para Simoncelli y Melandri. Fue "condenado" a competir en la nueva categoría de Moto2, también de la mano de Fausto Gresini que no lo quiso perder para la causa. Elías no tiró la toalla. El resultado final confirma la confianza y las capacidades del piloto catalán, que vuelve a llamar a la puerta de la mejor cilindrada. Se lo ha ganado con creces.

 

 

Iñaki de Mujika