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Chaparrón después del arroz

No sé si cada vez estamos peor de la cabeza, pero después de comer un arroz estupendo en Casa Roberto de Valencia no evitamos la tentación de hacer la compra, a las cuatro menos cuatro de la tarde, en un Mercadona que casi colinda con el restaurante. Dicho y hecho. Como habíamos dejado el coche en el cercano parking, nos animamos a cargar bolsas. Los encargos de las cremas para la cara, otros productos higiénicos, así como aquellas cosas no perecederas cuyo precio es sensible más asequible que lo que nos cobran habitualmente por lo mismo, llenaron la cesta.


La salida del supermercado fue una odisea. El cielo se tiñó de negro. Rayos, truenos y un diluvio nos acompañaron desde la puerta hasta el parking. Doscientos metros de distancia fueron suficientes como para ponernos de agua hasta lo más profundo de nuestro ser. Los zapatos hacían "choff, choff". La ropa interior se pegaba al cuerpo empapada. En el aparcamiento abrimos maletas y nos cambiamos como pudimos. Directos a Mestalla. Apenas quince minutos más tarde, al llegar al estadio, casi lucía el sol. Suele pasar en las mejores familias.

No había comido nunca en este famoso lugar en el que los arroces se convierten en el plato estrella de la carta. Siempre solemos encaminar nuestros pasos hacia la playa de la Malvarrosa, pero esta vez no nos sobraba el tiempo y además habíamos quedado a comer con otros colegas. Mesa de cuatro junto a Mikel Recalde, Ángel López y Gorka Zelaia. Cuando te sientas en la mesa ya hay un plato con lomo y jamón. Si quieres te lo quedas. Si no, renuncias. Nos pareció bueno que permaneciera. Lo mismo que una amplia ensalada que compartimos todos. Lo mismo que el arroz a banda.

Extraordinario. Receta deliciosa en la que el arroz convive con trozos de rape y cola de gamba. Si te apetece puedes acompañarlo con un ajoaceite casero. Lo prefiero a la tradicional paella a la que siempre le acompañan demasiados ingredientes. Como lo que nos gusta es el arroz, no quedó un solo grano en los platos, aún valorando las generosas raciones que sirvieron. Luego, helado de turrón y café. Para beber, las consabidas cervezas. Por cierto, si te animas a visitar este recinto, debes reservar el arroz cuando llamas por teléfono. Es la costumbre de la casa. De esta manera, va todo rodado y no debes esperar más de lo debido.

El lugar consta de dos plantas. En la de arriba hay dos salones. Nos ubicaron en el Salón Ponce, llamado así en honor del torero. Todas las paredes están decoradas con fotografías del diestro, ya que éste y el propietario Roberto Aparicio son muy amigos. Incluso, existe un comedor privado al que acuden muchas veces tanto el matador como otros nombres del famoseo: Juan Carlos Ferrero, Pepón Nieto, Pedro Cortés, El Juli, Anabel Alonso, Juanes…que no pasan del largo por este establecimiento de la céntrica calle Maestro Gozalbo, 19.

Nos atendieron bastante bien. El maître y los camareros llevan muchos años en la casa y controlan la situación. Quizás hay demasiadas mesas y poca distancias de unas a otras. Pero arroz, lo que se dice arroz…muy recomendable.

Datos de la ubicación:

Casa Roberto

Maestro Gozalbo, 19

963 951 361

Metro: Colón

www.casaroberto.es

 

Iñaki de Mujika