Iñaki de MujikaMourinho no es santo de mi devoción. Ni como entrenador, ni como representante de cualquier entidad. Al portugués le gustan demasiado los charcos y barrizales. Disfruta en el fango y utiliza todos los recursos para competir y conseguir los resultados apetecibles sea cual sea el precio de ellos. En algunos sitios podrá valer. En el Madrid no debería.
Ha embelesado y cautivado a los aficionados y a su presidente que no duda en calificarle como "el mejor del mundo". En menos de un año ha alcanzado enormes cotas de poder. Tantas que ha conseguido que echen de la entidad a Jorge Valdano, que me parece mucho más presentable en la representación de una sociedad que debe ser modélica.
"O él, o yo". No cabía ningún otro debate. El presidente del Real Madrid ha decidido que él, que Mourinho. En la guerra planteada, Valdano sale perdedor ante los medios, eso sí, sin que su imagen se deteriore porque desde el primer hasta el último minuto, el argentino no se ha movido de su sitio. Le conozco desde hace tiempo. He compartido con él distintos cursos, mesas y manteles. Es un libro abierto que cautiva. Rico en pensamiento, ofrece siempre la visión exacta y la palabra idónea para analizar cualquier situación que se plantee. Justo lo contrario del entrenador que le destesta.
La apuesta de Florentino Pérez es arriesgada, porque jugárseñp todo a un solo caballo conlleva riesgos. Muchos analistas creen que el técnico portugués terminará dejando el club como un solar llevándose por delante todo lo que encuentre a su paso, incluido el presidente. Las cosas se complicarán si el Barça sigue ganándole por la mano y gastando mucho menos dinero. El Madrid de hoy es casi irreconocible, siembra encono y animadversión, en por tanto que su directo rival crece en atractivo. A veces, simplemente por las formas. ¿Guardiola o Mourinho?. ¿Messi o Cristiano Ronald?. ¿El fútbol con donosura o el irreconocible?. Respuestas que seguro explican la realidad.
