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En torno a Loren

El ambiente alrededor de la Real Sociedad se ha vuelto poco generoso con el presidente y con el director deportivo. Jokin Aperribay y Loren Juarros están en el punto de mira de los críticos, porque después de terminar la liga las noticias confirmadas se relacionan con las salidas del entrenador Martín Lasarte, del preparador físico Pablo Balbi y de los jugadores Diego Rivas y Raúl Tamudo. Quiere ello decir que, por ahora, todo lo oficial tiene que ver con las despedidas y los sentimientos. Y lo que debería ser enorme felicidad por seguir en Primera, se convierte en irritación.


En este tiempo el club ha cometido errores. El más grande tiene que ver con el propio Loren al que ninguna voz de la casa ha salido a defenderle como corresponde. Cuando lo hagan posiblemente sea tarde, o haya que pagar muchos días y horas de encono popular y mediático que podría haberse evitado. Loren es un valor desde hace tiempo. Importante en un club acostumbrado a devorar personas eficaces en cualquiera de las áreas de influencia y determinación. El camino en los últimos años está plagado de desencuentros. Instalados la inquina y el rencor, han ido cayendo directivos, técnicos y jugadores a los que se terminó por hacer imposible la convivencia en la entidad.

Venimos de dos años en los que se han cumplido la mayoría de objetivos. Económicos y deportivos, pero también sociales. La afición ha ido al unísono, apoyando sin freno al equipo. La necesaria paz social se ha ido instalando de nuevo entre los fieles y adictos seguidores. En su despedida, Martín Lasarte, cuando abandonaba la sala en la que pronunció su última rueda de prensa, repitió una de sus frases favoritas: "No se peleen".

En algunos sectores han hecho oídos sordos a su petición, arremetiendo contra el director deportivo que le fichó. El indudable tino de la contratación del uruguayo ha conllevado un ascenso y una permanencia. A Loren le han dado euros contados para hacer un equipo, porque la maltrecha economía no permitía un dispendio. Pese a todas las limitaciones estamos donde queríamos, pero no se le valora en su justa medida. Tampoco quienes deben destacar su trabajo lo hacen y ese es un déficit indudable del consejo.

Cuesta mucho encontrar gente válida y trabajadora a su costo. Loren, pese a lo que pueda pensarse, lo es. Disponía de un contrato indefinido y renunció a él, poniéndole voluntariamente fecha de caducidad en sintonía con el resto de quienes se esforzaban en la Real por hacer posible lo que parecía imposible. Comparecerá ante los medios en las próximas horas para defenderse de los ataques furibundos de quienes no buscan reconocer la gestión sino hundirle, porque no le perdonan que haya sido capaz de demostrar sus eficaces valores. Explicará las grandes razones por las que se han tomado las decisiones. Como siempre, habrá quien las entienda, y quien las censure. Pero, por encima de ellas están las personas. Loren es de la Real hasta las cachas. Sufre como el que más cuando las cosas se tuercen y merece mucho más respeto.

Probablemente, escribir en su defensa sea ir contra corriente pero me parece lo más justo. Por eso lo hago. Y espero que los responsables de la entidad cumplan y defiendan a ultranza a quien les ha parado unos cuantos golpes.

Iñaki de Mujika