El Campeonato de mano por parejas va llegando poco a poco a la hora de la verdad. Cuando se inició y quedaban por delante catorce jornadas todo parecía estar muy lejos, pero ahora, cuando sólo faltan dos para confirmar los semifinalistas, afloran los nervios y las incertidumbres. Algunas parejas ya viven tranquilas. Olaizola II-Beroiz, por ejemplo, ya están clasificados. Arretxe-Begino y Aritz Lasa-Zubieta no cuentan con opciones.
Cinco parejas compiten por asegurarse uno de los tres puestos que quedan libres para completar el cuadro de semifinales. Berasaluze-Albisu y Titín-Merino II, que este fin de semana se enfrentan en el Adarraga, han logrado siete victorias, una más que las otras tres parejas aspirantes: Xala-Laskurain, Bengoetxea-Apraiz e Irujo-Barriola, quienes al principio partían como claros favoritos.
Probablemente, hasta la última jornada queden cosas por decidir. Se intuyen sorpresas y además protagonizadas por parejas que, en principio, contaban menos. La formidable respuesta que están dando dos jóvenes zagueros ha modificado los pronósticos. Jon Ander Albisu y David Merino están cumpliendo con creces su papel inicial. Constituyen el descaro y la rebelión frente a los clásicos
Responden sin fisuras y hacen bueno el trabajo de los expertos delanteros con los que hacen pareja. Pablito Berasaluze y el incombustible Titín no dan el brazo a torcer. Cierto es que los riojanos comenzaron con dificultades, pero luego se han rehecho y aspiran a todo.
Una vez que se cumplan las dos jornadas que restan para componer las semifinales, las empresas analizarán si ha merecido la pena una clasificatoria tan larga para decidir las cuatro parejas que finalmente aspirarán al título. Como surja algún imprevisto, sobre todo si fallan los favoritos, habrá decepción y disgusto.