“El peor día de mi vida encima de una bici”. Mediada la tarde del miércoles apareció en twitter esta frase. Correspondía al ciclista de Euskaltel, Iván Velasco, Así, de entrada, creí que la suya había sido una mala jornada, o que una caída le había privado de competir como sucede tantas veces en este deporte al que muchos califican como el de “los esforzados de la ruta”
Busqué más detalles y poco a poco fui encontrando un paisaje dantesco y poco humanizado. Se correspondía con la disputa de la tercera etapa, la reina, la diseñada para que los corredores se dieran caña y subieran el Cantó y el Ainé en cuya cima estaba la línea de meta. Los organizadores habían diseñado en la presente edición un recorrido exigente, con puertos cerca de las metas, pensando en que el espectáculo no faltara ningún día.
No contaron con los elementos. En el libro de ruta no aparecía ni el agua de la lluvia, ni el frío, ni la nieve. Como a estas horas cuesta mucha organizar una vuelta con gancho, los responsables decidieron tirar adelante y dar salida a la etapa, cuando lo recomendable era suspender la jornada. En un día en el que sólo andaban a gusto coches con cadenas y quitanieves, no les quedó más remedio que ciabogar sobre la marcha y recortar la etapa en cincuenta y cinco kilómetros, sin subir los puertos y con una llegada improvisada en la que el esloveno Brajkovic fue el primero.
“Han sido los momentos más duros de toda mi carrera, se trataba de mantenerse con vida” explicó en la meta a duras penas. Los tiempos de los jueves tuvieron que ser manuales y al final decidieron no darles validez, por lo que todo quedaba como antes, con el suizo Albasini liderando la general. Los hoteles echaban humo por las chimeneas tratando de que los ciclistas entraran en calor.
No muchos, porque a la vista de las condiciones de la jornada, del frío insoportable, el pelotón fue perdiendo unidades de todos los colores y países como si se vieran afectados por una plaga. Los aficionados no pudieron ver una sola imagen porque el recorte de kilómetros afectó a los horarios de la conexión prevista. Entre los damnificados, además de Valverde que no comenzó la jornada pusieron pie a tierra Aramendia, Cazaux y Amets Txurruka que abandonaron. Samuel Sánchez y muchos otros se fueron al suelo con riesgo por lo que calificar como “dantesca” la jornada pega que ni pintado.