Oskitz Estefanía (Pasaia, 1986) juega al fútbol cuando le dejan las lesiones. Ultimamente, poco. Siendo juvenil la Real Sociedad apostó por él y él por la Real. Venía acompañado de buena fama. Pequeño, revoltoso, siempre con la portería contraria entre ceja y ceja. Firmó un buen contrato y comenzó la carrera profesional.
Cuando tenía 14 años de edad y un prometedor futuro, tanto el Real Madrid como el Barcelona y otros trataron de incorporarle a sus proyectos pero él decidió seguir en San Sebastián y continuar acudiendo a las convocatorias de las selección española de las categorías inferiores.
Oskitz ha sido un adelantado a su tiempo, porque siempre jugó en categorías superiores a la edad que le correspondía, debutando con el primer equipo cuando todavía no había cumplido los 18 años en un partido con el Real Madrid a las órdenes de Denoueix..
Una grave lesión de rodilla en la pretemporada que el equipo realizaba en Corea del Sur (2005) cortó su progresión y, aunque volvió al filial para rehabilitarse como jugador, lo cierto es que su etapa en la Real Sociedad concluyó en junio de 2009 cuando le dieron la baja. Su rodilla izquierda le traicionó.
Más tarde, ya en la Arandina, cuando el equipo burgalés se aprestaba a jugar el play-off de ascenso se rompió el ligamento cruzado en el último partido. No pudo volver a jugar hasta el pasado febrero cuando volvió a pisar el césped de Gal en Irún.
El pasado fin de semana, un minuto después de saltar al campo en el partido ante el Athletic “B” se ha roto el tendón rotuliano en la misma rodilla. Volverá a pasar por el quirófano, volverá a padecer una larga recuperación. Dará vueltas a su cabeza hasta encontrar el camino y la luz que le guíe hasta su nueva recuperación.
No es mediático. Su lesión no es tema de conversación entre los aficionados, pero es un chaval que merece la pena. Quiero solidarizarme con él y animarle a realizar otro gran esfuerzo.