No quisiera estar en el pellejo de nadie que se relacione con el Sporting de Gijón, Zaragoza, Villarreal, Rayo Vallecano o Granada. Sólo queda un partido para que concluya la liga en Primera División y dos de estos cinco equipos perderán la categoría. Unos llevan conviviendo en los puestos de decepción desde hace mucho tiempo. Otros, sin embargo, no esperaban a estas alturas verse involucrados de semejante manera.
Se hacen cábalas, se suma y se resta. Y además se llena el ambiente de condicionales. Si este gana…si este empata…si aquel pierde. Sólo vale ganar y a ser posible no depender de los demás. Las últimas jornadas ofrecen siempre resultados atípicos o inesperados que conllevan sospecha y acusaciones veladas que se quedan en amagos. Los propios dirigentes de los clubes se comportan de forma extraña, pero nunca pasa nada.
Los nervios afloran y de qué manera. Basta fijarse en el partido que el Granada jugó en Los Cármenes ante el Madrid para comprobar cuál es el nivel de adrenalina. Clos Gómez tiró de pluma en la redacción del acta del encuentro. Aparecen insultos procedentes de varios jugadores andaluces. Incluso le pone nombre al autor de un botellazo que impactó en la cara del colegiado. A Dani Benítez le va a caer un carro de partidos. Lo mismo que a varios de sus compañeros. Muchas ausencias para la final de Vallecas. Quien gane el partido salvará la categoría.
Lo del Zaragoza y Sporting es un ejercicio de confianza en sus fuerzas. Supongo que algo tendrán que ver Manolo Jiménez y Javier Clemente. Ambos han conseguido mantener viva la llama de la confianza hasta el final cuando todo parecía imposible. A trancas y barrancas llegan a la última jornada con opciones de quedarse en Primera. Los maños dependen de ellos. Si ganan en Getafe seguirán entre los mejores. Los asturianos necesitan ganar en Málaga y que el Rayo pierda en casa. No lo tienen fácil.
Y el que se ha metido en un charco extraordinario es el Villarreal. Le visita el Atco de Madrid al que aún le quedan opciones de Champions. Los rojiblancos llegarán a El Madrigal con la resaca de la final europea y los de Lotina con los nervios a flor de piel. Si no ganan, corren demasiados riesgos. Un descenso conllevaría también la pérdida de categoría del filial. Soñaban con el empate en Mestalla pero en el último minuto…