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Un inglés nacido en Bélgica

Bradley Wiggins es un ciclista británico que nació en Bélgica hace poco más de treinta y dos años. Dicen que es en la treintena cuando los corredores alcanzan la madurez deportiva y el mejor rendimiento. En el componente del Sky esto se cumple claramente. Dispone de un palmarés envidiable con seis medallas olímpicas, triunfos en etapas y vueltas. Lo último, este fin de semana, en la Dauphiné Liberé, la previa que organiza el Tour calentando motores.

Hace unos pocos días le pregunté a un corredor profesional, Aitor Galdós,  quién era para él el máximo favorito para ganar la ronda francesa que en un par de semanas iniciará el recorrido. Guardó silencio, repasó en su mente la nómina de corredores y sin pestañear ni dudar, respondió Wiggins.

Le miré un poco sorprendido, porque esperaba otro u otros nombres. Sabe, obviamente, mucho más de ciclismo que yo. El gran público siempre está pendiente de los corredores más mediáticos, aquellos que aparecen en las altas montañas dándolo todo. Wiggins es de esos seguramente, pero muchos le ubicamos más cerca del reloj, de las etapas cronometradas.

Hace un año también se imponía en la Dauphiné. Todos esperaban su mejor respuesta en la ronda gala, pero una caída le apartó de la carrera y del podio que le esperaba. Debió abandonar tras haber sufrido una caída en el kilómetro 182 de la séptima etapa entre Le Mans y Châteauroux. Evacuado en ambulancia, su brazo izquierdo no superó las pruebas y tuvo que marcharse a casa.

Un año más tarde, en este momento, se encuentra de nuevo con los retos y las exigencias. El Tour y los Juegos en su país. ¿Podrá con todo?. ¿La ansiedad se apoderará de él?. He comenzado el comentario hablando de madurez y oportunidades. Da la sensación que allí donde compita estará con los mejores.

Iñaki de Mujika