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El lugarteniente de la barba roja

Xabi Alonso ya es centenario. No en edad, que aún le queda mucho, sino en experiencias internacionales con la selección española. Parece que fue ayer cuando nos cruzábamos mensajes por el móvil y el sitio del que ahora es propietario pertenecía a otros. A veces iba, otras se quedaba en casa…Desde que es profesional todos los entrenadores con los que ha convivido le concedieron galones de mando.

Reconoce que es diésel como los motores que no hacen veloz a un vehículo, pero que le otorgan consistencia para las duras y largas travesías. Pocas veces pierde la cabeza. El pensamiento está al servicio del juego y la visión periférica, a las decisiones que ejecuta con maestría en largo o en corto.

Siendo como es un Barbarroja, pirata que se las sabe todas, en el partido centenario añade al historial dos goles ante Francia, cuya selección jamás había caído ante sus vecinos del sur en partido oficial. Como para todo hay una primera vez, quiso que fuera en estas circunstancias y en día tan señalado.

Si miras con frialdad los números, compruebas que los dos más grandes son guardametas. Las cifras de Casillas constituyen un récord como antes lo fueron las de Andoni Zubizarreta. El tercero de los internacionales con más actuaciones es Xavi Hernández, un prodigio de temple, saber hacer y respeto. Luego, Raúl, el delantero de las disquisiciones. Dos partidos más que Xabi Alonso, quinto. Previsiblemente, el tolosarra le pasará en breve.

A enorme distancia, y sin opciones de remontada, aparecen figuras emblemáticas como Camacho, Michel, Butragueño, que lo fueron todo antes de convertirse en historia.

Alonso es sobrio, cumplidor y eficaz, pero no de dibujos animados. Lo suyo tampoco es ciencia ficción, porque cuando la Eurocopa termine y mire un poco hacia atrás sumará decenas de partidos de liga, copa, supercopa, champions, selecciones y amistosos en la China. Sólo con pensar en el recorrido se cansará. El respeto de la mayoría, la buena fama adquirida en el tiempo, y su forma de ser le dan un plus, algo así como de lugarteniente para sustituir cuando falta al general que manda. Aunque de hecho, ya lo es.

Iñaki de Mujika