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La Copa de Euskal Herria, a las vitrinas del Biarritz Olympique

El Biarritz Olympique inscribió su nombre en el palmarés de la primera edición de la Copa de Euskal Herria (10-0). El conjunto rojiblanco y el Aviron Bayonnais devaluaron con un pobre partido el estreno del torneo euskaldun, pero eso no impidió que Anoeta volviera a convertirse en una fiesta para el rugby.

La cercanía del inicio de la liga francesa, que comienza dentro de quince días, pareció convertir la competición vasca en un trámite para los dos clubes, que ejecutaron algo más parecido a un entrenamiento que a un partido de verdadera rivalidad. Los dos conjuntos dieron minutos a todos sus efectivos y el encuentro se desdibujó por completo en la segunda mitad. Eso sí, el duelo tenía como objetivo ofrecer una jornada de alegría al rugby vasco y cumplió con creces su finalidad. Entre 8.000 y 10.000 espectadores se acercaron hasta el estadio de Anoeta para presenciar este choque, que disfrutaron del ambiente previo y del escaso espectáculo que se vio en el partido, y no faltaron los cánticos habituales de las dos aficiones ni sus dos mascotas y señas de identidad, la blanquiazul Pottoka y el rojiblanco Jerónimo.

El duelo entre los dos clubes vascos más poderosos trajo a más aficionados de este lado del Bidasoa que de Iparralde, y en la grada se dejaron notar los espectadores afines a los clubes guipuzcoanos y a equipos como el Gaztedi de Álava, La Única de Pamplona, o el Getxo vizcaino.

En este ambiente desenfadado y festivo, el Biarritz Olympique se llevó la victoria frente al Aviron Bayonnais. Y, como no podía ser de otro modo en un derbi lapurtarra, la polémica marcó el partido.

El conjunto txuri-urdin, que había ganado los dos encuentros que había disputado previamente en esta pretemporada, dominó la primera parte del choque. Los baionarras, sin embargo, desperdiciaron al menos media docena clara de ocasiones para marcar un ensayo.

En la segunda mitad el derbi perdió tensión por el exagerado carrusel de cambios en los dos conjuntos. Sobre el terreno de juego llegaron a coincidir incluso jugadores del mismo equipo con el mismo número, o que directamente jugaban sin dorsal.

En medio de este caos, el Biarritz pasó a hacerse con las riendas del encuentro y pasó a fabricar las mejores ocasiones. Pero las patadas son la mejor arma de los biarrots, y tuvo que ser un tiro a palos el que les permitió inaugurar el marcador.

Benoit Baby anotó un golpe de castigo centrado ante las protestas del público y la incredulidad de los baionarras, ya que ambos equipos habían pactado mandar a touche todas las penalizaciones. El Aviron no pudo reaccionar, y, a falta de un minuto de juego real para la conclusión, un pase con el pie de Baby hizo que Haget marcara el único ensayo del encuentro, posteriormente transformado por el propio Baby (10-0).

En los prolegómenos del encuentro se rindió homenaje a los exjugadores Gerard Murillo y Michel Celaya y al recientemente fallecido Kote Olaizola, apasionado del deporte, fundador del Bera Bera, impulsor de la Liga Superibérica, y candidato a la presidencia de la Federación Española de Rugby. Julen Olaizola, hijo de Kote, fue el encargado de realizar el saque de honor ante el reconocimiento del público.

(Crónica que publica en su edición del sábado Noticias de Gipuzkoa)

Iñaki de Mujika