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¡Jamón de pata verde!

Hace una semana, en la sala capitular del ayuntamiento de Hondarribia charlaba con Osertz Aldai, remero de estribor de la Ama Guadalupekoa. Rezumando alegría por la victoria lograda en Castro Urdiales, que suponía además la conquista del campeonato de España por primera vez en la historia del club, me decía que deseaba era ganar la bandera del prueblo la siguiente semana.

Es decir, que las conquistas no detienen ni la ambición, ni los retos. Han pasado siete días. Hondarribia se abarrotó de gente, porque la regata llegaba en un momento extraordinario. Se intuía un “duelo a muerte” entre las tripulaciones verdes. En medio de un orgasmo colectivo, los locales se impusieron con contundencia haciéndose justos merecedores del “trapo” y del elogio encendido de sus seguidores, que poco después les tributaron el habitual homenaje que sigue a las victorias. Y es que, hoy por hoy, la Ama Guadalupekoa es algo así como un “jamón de pata verde”.

La crónica que publica Noticias de Gipuzkoa y que firma Mikel Iraola, nos ayudará a valorar lo que fue la jornada:

“Otro golpe de efecto en una Liga San Miguel que sigue sin defraudar a nadie. Quienes pensaban que Kaiku había dejado la liga sentenciada, estaban confundidos. Aún queda competición. Mucha. Si hace un par de semanas los sestaotarras se aprovecharon de un fin de semana negro para Hondarribia para ganar ambas banderas con relativa autoridad y retomar el liderato, ayer fueron los verdes quienes dieron un golpe de autoridad para recortar el colchón de cinco puntos y dejarlo en uno. Y es que con la actitud que acostumbra, si la Ama Guadalupekoa debe morir, lo hará matando.

Ni los aficionados más optimistas vaticinaban tal resultado antes de que las traineras iniciaran su trabajo en las aguas hondarribiarras. Todas las miradas apuntaban con incertidumbre a los dos gallos de la liga: Kaiku y Hondarribia. Hondarribia y Kaiku. Los de casa llegaban a su cita más especial habiéndose proclamado campeones estatales, pero con las dudas de si podrían hacer frente a una Bizkaitarra que había arrasado en las anteriores regatas ligueras para escaparse en la general. La Ama Guadalupekoa, crecida ante su público, disipó todas las dudas y se exhibió.

Hondarribia comenzó su dominio desde las primeras paladas. Las cuatro embarcaciones de la tanda de honor salieron disparadas, aunque los de Orbañanos consiguieron una ligera ventaja de tres segundos para la primera ciaboga. Una baliza que se les atragantó a los hombres de Korta, que sufrían por la calle uno, ya que una ola los estorbó en plena maniobra y significó una pérdida de varios segundos. De ahí en adelante, los anfitriones, empujados por su estruendosa afición, pusieron en marcha el turbo para lanzarse a por una victoria que no conseguían en su feudo desde el año 2006.

Mientras cada metro quedaba más claro que la bandera se quedaba en casa, Kaiku, que sufría por la calle uno, peleaba por lograr una quinta posición que le permitiese aguantar en lo más alto de la tabla, ya que Tirán, un enorme San Pedro, que no encontró rival en la segunda tanda, y Urdaibai, separaron en ese orden a hondarribiarras y sestaotarras. Por un segundo estuvieron a punto de no conseguirlo, puesto que Castro acechaba en la sexta posición.

La Libia logró una más que merecida tercera plaza, a once segundos de la Ama Guadalupekoa después de completar una buena regata. Kaiku, rezagado, entró a 21, por lo que mañana no bogará en tanda de honor. No fue el día de San Juan, que desde el inicio de su tanda, comenzó a perder tiempo en la misma calle uno de Kaiku para terminar siendo octavo.

Tampoco lo fue para Zumaia. Tras completar unas buenas actuaciones en las anteriores citas, la Telmo Deun partía con el objetivo de reducir la desventaja respecto a sus rivales por evitar el undécimo puesto que ocupa, el del play-off por el descenso. Pedreña se escapó desde el principio, y parecía que los de Santi Zabaleta recortarían un puntito a Astillero. Pero los cántabros se vinieron arriba en un último largo para dar caza a los zumaiarras y adelantarse con la diferencia de una tosta. Unas pocas centésimas. Ahora, el objetivo está a cuatro puntos”.

Iñaki de Mujika