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Tal como es se despide

Juan Carlos Ferrero anuncia su retirada porque los problemas físicos le asolan y las lesiones hacen imposible su concurso en las citas importantes a las que ha acudido durante muchos años. Desde el pasado mes de julio no pisa una cancha de tenis. Coincide su despedida con la disputa de una semifinal de la Davis, una competición que le sirvió para reivindicarse.

Se va un jugador serio y sobrio al mismo tiempo, parco en palabras y sonrisas. Al menos, ha cuidado mucho su imagen exterior. Los triunfos importantes de su carrera, e incluso el reconocimiento a los logros no han tenido el eco que merecían. Ferrero fue el primero del ranking en el 2003, después de perder la final del Open USA ante Roddick. El mejor del mundo en aquel momento.

Un tenista que logra vencer una final en Roland Garros y es decisivo en la conquista de la Copa Davis debe ser considerado entre los grandes. En Paris derrotó en la final al holandés Verkerk y la final de España ante Australia contó con los dos puntos de sus triunfos sobre Lleyton Hewitt y Patrick Raf.

Hay un par de puntos que marcar su biografía. Su madre falleció en 1996 cuando él contaba con 16 años. Afectado por la pérdida de un ser tan querido para él, la familia debió esforzarse mucho para convencerle de que siguiera con el deporte que había elegido por sugerencia de su abuelo.

El otro aspecto que no debe pasar desapercibido corresponde a su entrenador. A los once años, Antonio Martínez Cascales afirmó tra verle que si Juan Carlos se trasladaba con él a Villena lo convertiría en campeón. Dicho y hecho. Abandonó su Onteniente natal para trasladarse a la población alicantina de la que no se ha movido y en la que está instalada su academia de tenis Equelite-Juan Carlos Ferrero.

Con un palmarés al alcance de pocos, Ferrero entiende que no hay motivación suficiente ni condición física para alargar su carrera. Decide retirarse y pasar a la historia como uno de los grandes. Será ante su gente en el torneo Valencia Open 500 cuando diga adiós y guarde las raquetas en la bolsa de un tenista ejemplar y referente.

 

 

Iñaki de Mujika