¡Viva el gol!

El fútbol es gol y lo que se cotizan son los goleadores. Este fin de semana se han enfrentado dos teorías y sus respectivas prácticas. Los aficionados están descubriendo a Radamel Falcao que a lo mejor también él mismo necesitaba encontrarse. Ha descubierto la horma de su zapato en los colchoneros de Madrid. Le ayuda el valor del técnico Simeone y su propia capacidad.

En el Barça es diferente. Hay jugadores de primerísimo nivel que pasan, se divierten, rematan y se intuyen. Junto a ellos, Messi. Hace unos días parecía muerto. El domingo, resucitado. Dos goles de estupenda factura que le han servido para batir un record que pertenecía al alemán “Torpedo” Müller. Si todo sigue así, es posible que el argentino concluya el año natural habiendo firmado noventa tantos.

Es una barbaridad. Los números habitualmente son fríos, pero si te pones a analizar la realidad, reaccionas con estupefacción. Por ejemplo, un equipo completo de Primera División necesita dos años para alcanzar esa cifra. Y en algún caso ni llegan. Un delantero que se precie, que sea titular en un conjunto medio de la máxima categoría, a lo mejor no alcanza en toda su trayectoria esos guarismos.

Falcao y Messi han protagonizado el fin de semana futbolístico. Son una mezcla de fantasía, virtuosismo y eficacia. En el mercado se cotizan a precio impagable y los clubes a los que pertenecen disfrutan y consiguen revalorizar su producto. Los dos aparecen cuando su equipo les necesita. Dan la cara y priorizan el juego colectivo a los logros individuales. La humildad les acompaña.

Todo pasa además justo una semana antes de que ambos se enfrenten en la cita del Camp Nou. Primero contra segundo en la clasificación del campeonato y la sensación de que cualquier cosa puede pasar. Semana por delante para especular sobre los modos y maneras de unos y otros. La posesión de la pelota frente al contraataque. El toque y el pase frente al fútbol directo. Falcao contra Messi. Y la liga que, si ganan los catalanes, estará casi sentenciada con toda una vuelta aún por disputar.