Paul de la Cuesta es un esquiador joven y con ganas de progresar. Inició este miércoles el campeonato del mundo en la localidad austriaca de Schladming. Lo suyo es plural porque le encantan tres disciplinas. Supergigante, Descenso, Supercombinada, las tres de esquí alpino. En la primera de ellas concluyó el trigesimoséptimo, perdiendo cinco segundos respecto del ganador, el americano Ted Ligety.
Lo suyo es competir y realizar el mejor papel posible. Está lejos de los grandes monstruos de este deporte. Hirscher, el austriaco que juega en casa y es favorito. Ligety, Svindal y Marsaglia son esquiadores que están por encima y destacan por experiencia en las grandes citas. El papel del guipuzcoano es de mejora, de situarse entre los veinte primeros y se seguir creciendo con la vista puesta en Sochi, la ciudad que el año próximo acogerá los JJ.OO. de invierno.
La ciudad austriaca que organiza esta competición no alcanza los 5.000 habitantes, pero se ha gastado 400 millones de euros en infraestructuras para organizar este evento que a buen seguro les reportará beneficios. Dos semanas de competición y el mundo de este deporte atento a lo que allí suceda. Paúl de la Cuesta nos contaba lo que significa para los austriacos este deporte. ha colgado fotos en las redes sociales para enseñar unas gradas en las que caben más de cuarenta mil personas.
De la Cuesta arriesga y arriesgará como siempre, aunque sabe que puede fallar y equivocarse. Le gusta ceñirse a las puertas y tirarse como un kamikaze. ¡Cuesta abajo y sin frenos!. Es lo suyo y lo que le ha permitido ser uno de los elegidos. No es fácil en un territorio como el que vivimos practicar el esquí y encima destacar. Pasa muchos meses fuera de casa, entrena por todo el mundo, se esfuerza en aprender con los mejores entrenadores, pese al recorte de ayudas y recursos.
Comparte estudios de odontología con el deporte que le apasiona. Se organiza como puede para llegar en condiciones a todos los retos. Ya vivió la experiencia olímpica en Canadá y apunta a la siguiente. No dispone todavía de la plaza, por lo que deberá demostrar en estas citas que ahora le ocupan el valor real de su papel. Lo sabe y apuesta por ello.