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¿De qué pasta están hechas?

Bera Bera e Itxako han protagonizado dos actuaciones históricas en competición europea de balonmano femenino. Los primeros partidos de las eliminatorias en que estaban inmersos propiciaron sendos resultados adversos, imposibles para la remontada en los encuentros de vuelta.

Pero el deporte si es grande, precisamente, lo es por las grandes gestas, por lo inesperado. En balonmano, la historia está llena de muchas actuaciones sorprendentes. Nunca se sabe si estos logros se deben al exceso de confianza de quienes caen derrotados cuando menos se lo esperan, o por partidos excepcionales de quienes consiguen superar todas las trabas y seguir adelante. O las dos cosas a la vez.

Las estellesas decidieron aceptar la oferta del equipo turco que les tocó en suerte para evitar gastos a la tesorería maltrecha del club. Así que los dos encuentros se disputaron en Estambul. El primero dejó las cosas vistas para sentencia porque las otomanas lograban un 37-24 que no hacía pensar en otra cosa que no fuera el pase. Un día después las navarras ganaban 36-23, remontando los tantos y pasando de ronda en la EHF.

Las guipuzcoanas, por su parte, firmaron otra remontada épica ante las polacas del Vistal, rubias y altas como cirios pascuales, pero incapaces de dar respuesta a la espectacular defensa de las jugadoras de Reyes Carrere.

Paso a paso, la diferencia se fue recortando hasta ver el sueño más cerca. Todo se orientó en la misma dirección para consumar la hazaña y hacer bueno el dicho de que “la fe mueve montañas”. Ausentes unas por lesión, tocadas otras por problemas físicos, cambiadas de posición para poder hacer frente a las obligaciones del juego…da igual. El parqué obra milagros cuando te encuentras con jugadoras de otro mundo, o de otra pasta.

Se desatan las alegrías que aumentan el caudal de confianza. En ninguna de las dos formaciones hay estrellas rutilantes. Predomina el grupo por encima de todo. Luego, está el apoyo indudable de la afición. Son pocos pero fieles. Cuando suceden casos como el que nos ocupa, hay un punto mayor de satisfacción, porque la apuesta por estos proyectos se ve recompensada.

No disponen de un euro. Las clasificaciones en Recopa y EHF crean un trastorno notorio a los presupuestos. Más esfuerzo en tiempos de pocas ayudas y recursos. Saldrán, aunque parezca utopía. Lo eran también las remontadas. Y ahí están.

 

Iñaki de Mujika