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Bera Bera Cup

El deporte femenino vive momentos estelares. La última cita olímpica nos puso sobre la pista de Maider Unda, Maialen Chorraut y las jugadoras de balonmano que consiguieron la inesperada medalla de bronce. Pasados los meses, la palista sigue entrenando aunque el estado de buena esperanza le parará en pocos meses. La luchadora, fiel a su estilo, sigue pisando podios y el balonmano reparte alegrías entre las deportistas que siguen compitiendo al más alto nivel.

Cabe preguntarse por qué. Quizás porque nunca dispusieron de mucho y ahora que llegan los recortes y los presupuestos son menores, probablemente saben administrarse entre penurias porque casi siempre lo han hecho. Desde esa fortaleza, los recorridos son menos abruptos y el camino, conocido.

 

En medio de esta nada, es bueno que nos refiramos al Bera Bera que acaba de conseguir un nuevo éxito. La Copa de la Reina luce ya en sus vitrinas, cerrando un mes de febrero que les saca por todo lo alto de los distintos frentes en los que han debido competir: Europa, la liga y la copa ya ganada.

Pelean por lo mejor y lo más grande. La cita gallega les ha exigido un enorme esfuerzo. Primero, necesitaron una prórroga para doblegar al Zuazo Barakaldo, un escollo nada fácil de superar. Como tampoco, en semifinales, lo fue el Elche Mustang.

En los últimos minutos las jugadoras de Reyes Carrera debieron protagonizar una remontada histórica para acceder a la final. Y una vez ubicadas en el partido decisivo, jugársela desde la experiencia ante las canarias del Rocasa, a las que doblegaron también al final y por un gol.

Estas son las buenas noticias, las que protagonizan las deportistas que se dejan la piel sobre el parqué a cambio de la satisfacción del deber cumplido, al margen de percepciones más o menos gratificantes. Hay lo que hay. Y sólo caben dos alternativas: tirar adelante con más esfuerzo o chapar. A la vista están las respuestas y las gestiones.

Presidir un club hoy es muy complicado. Cuadrar los presupuestos, más. Por eso, quienes consiguen un equipo competitivo capaz de dar la talla y responder a las exigencias de la competición, necesitan apoyos y reconocimiento. Lo primero, porque casi es una obligación y lo siguiente, una devoción que en el caso del Bera Bera encuentra la respuesta del éxito. Si París bien vale una misa, este equipo, un patrocinador.

Iñaki de Mujika