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El titán de Lodosa

Carlos Martínez y la Real Sociedad han llegado a un acuerdo para prolongar el contrato que les relaciona hasta junio de 2018, es decir, que se juran amor eterno por un largo tiempo. No hacen sino corroborar voluntades. Los unos porque quieren seguir contando con el lateral navarro de Lodosa y el jugador porque sabe que en pocos sitios va a sentirse tan cómodo y querido como en el equipo cuya camiseta defiende.

Son claros signos de fidelidad. Seguro que ha firmado un buen contrato. Seguro que ha sabido valorar cuestiones al margen del dinero que, siendo importante, no lo es en su totalidad. Se valoran conceptos relacionados con el sentirse a gusto, con la buena relación del vestuario, con la sensación de pertenecer a una generación con buena pinta y que no es fácil que se repita.

 

El mérito del club es conseguir su permanencia. Paulatinamente, y con normalidad absoluta, han firmado su continuidad jugadores que forman parte de la columna vertebral del juego y del vestuario.

Mikel González, Iñigo Martínez, Illarramendi, Rubén Pardo, Markel, Antoine, De la Bella, Vela, Bravo…apostaron por seguir protagonizando la historia reciente. Algunos vivieron el desánimo cuando descendieron. Hoy, la vida les ha cambiado y quieren vivirla apasionadamente en su entorno habitual.

Carlos Martínez es un jugador que llegó a la Real cuando no había cumplido catorce años. Lleva casi media vida en Zubieta. Es un chico callado, que prefiere escuchar que hablar. Lo suyo es entrega, correr la banda desde el minuto uno hasta el noventa. Dicen que es el defensa más limpio de toda Europa si se relacionan los minutos de juego con las faltas que realiza. Son datos que cada cual valorará como le parezca.

He dicho muchas veces que detrás de un jugador hay siempre una persona. En este caso merece mucho la pena. Humilde, trabajador, buen compañero, serio y responsable. “Es difícil explicar lo que siento. Este club es parte de mí para siempre” afirma con orgullo el defensa lodosano.

Reconozco que tengo especial predilección por este tipo de jugadores. Que si no sabe centrar, que la toca mal, que…siempre que pongan el alma nadie podrá discutirles nada. Y en el caso de Carlos Martínez, menos.

 

 

Iñaki de Mujika