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El sabor de la victoria

Ruth Beitia cierra su carrera atlética con una medalla de oro en los europeos de pista cubierta. Campeona de Europa en un cuerpo a cuerpo con dos escandinavas que competían en casa y disponían del público a favor. Pero la cántabra, con sus gafas rojas y, sobre todo, con la experiencia acumulada en mil batallas, fue seleccionando los saltos y las alturas del listón para imponerse al final y conseguir un metal que faltaba en su colección de platas y bronces.

El concurso se le fue poniendo de cara. Sus principales rivales iban cayendo una tras otra hasta que el 1.99 fue decisivo. Luego intentó batir el record, pero no superó la barrera del 2.02, que no empaña para nada ni su carrera ni su actuación.

Por su parte, Javier Gómez Noya, actual subcampeón olímpico, se imponía en su primer triatlón del año, la ”Fuga de Alcatraz”, en la bahía de San Francisco (Estados Unidos). El triatleta gallego, campeón mundial en 2008 y 2009, dominó la prueba desde el principio. Un incidente le creo problemas ya que se le cruzó un perro y se lo tragó. 

Paralelamente, en Erzurum, Turquía, un chaval joven, junior, lleno de ilusión y posibilidades se proclamaba campeón del mundo. Lucas Eguibar dedica muchas horas de su tiempo al snowboard, modalidad olímpica sobre la nieve. Compite con los mejores al máximo nivel.

Domina su categoría y está en el top ten de los absolutos. En un año llega Sochi, la cita de los JJ.OO. en Rusia. Este resultado le confirma y le reconforta como un serio aspirante a participar, a pesar de su juventud, y a hacer grandes cosas. Pese a la falta de recursos, el chico sigue demostrando sus capacidades y merece más ayuda. Es una de esas eternas realidades que hacen enorme el abanico de deportistas que merecen la pena, pero como sus modalidades no son mediáticas, parece que no existen. Y eso cuando menos se aproxima a una falta de respeto.

 

Iñaki de Mujika