elbeaterio.es

¡Que alguien me pellizque y me diga que es verdad!

Superado el Valladolid del modo y forma que conoces, recordé anoche una conversación que mantuve hace años con John Toshack. Nos referíamos al valor de las plantillas y los jugadores a lo largo del tiempo. Cuando dispones de un conjunto fantástico, las cosas pueden ser maravillosas ya que parece que no existen límites. En el repaso a uno de aquellos momentos con él al frente se atrevió medio en broma a decir que, si hubiera podido disponer de dos jugadores que años más tarde militaron en la Real, ganaban hasta las regatas de La Concha.

Ahora, con todo de cara, con el equipo pletórico, resolutivo y espectacular, es posible que también ganaran en las traineras, en “Mira quien baila”, salta o patina. Es un escándalo el descaro y la madurez con la que afrontan los partidos. Ayer, a la media hora de juego, todo respondía a la complejidad prevista. Los pucelanos, tácticamente impecables, cerrando los espacios y tratando de aprovechar cualquier descuido en la zaga local. Pero surge el zarpazo y el gol. A partir de ahí, un cuarto de hora inenarrable con goles para guardar en vídeo y una jugada, la del último tanto, para que dé la vuelta a Europa y se enseñe a los niños en los entrenamientos.

A estas horas, sopla el viento tan de cara que miedo me da el parón. A la vista de un fin de semana sin competición y en puertas de varios días en los que se juntan la reflexión, el rezo, la espiritualidad y la penitencia, nuestros chicos, y quienes han decidido que eso suceda, se nos marchan a un monasterio que en el s. XVII se llamaba “del Carmen” y que ahora es un hotel que cuenta con más estrellas que el firmamento universal. Es decir, han cambiado las ascéticas celdas por amplias habitaciones que disponen de baño con secador de pelo, climatizador, TV vía satélite, minibar, conexión a internet, teléfono y caja de seguridad para guardar sus cositas.

Que además las huertas, las zonas de oración para entonar maitines y laudes, junto a otras dependencias se convirtieron milagrosamente en restaurante, bar snack cafetería, terraza solarium con piscina exterior, parque infantil de villas, que les ayudará a recordar los tiempos en que hacían travesuras, fitness center, no sé cuántos salones para albergar una legión y un spa de 1.100 m2. para que los músculos se relajen, las tensiones desaparezcan, las células muertas caigan, los poros se abran, los cuerpos se suspendan y puedan levantar pierna como la Paulova.

En este lugar se anuncian además: géiseres drenantes, pasillos de nado a contracorriente, recorrido de lluvias de Ordesa, zona de relax con camillas calefactadas con pulverización de aromas, zona de té para la elección de la carta de aguas e infusiones naturales del bar de frutas de estilo balinés, zona buda de tratamientos cortos y además masajes a cuatro manos. ¡Señor Jesús bendito!. Dicen también que existe un gimnasio que supongo mirarán de reojo, no les vaya a dar un tirón y la vayamos a joder.

Cuando los chavales descorran los cortinones, si no están cansados de tanto esfuerzo, verán no muy lejos las nevadas cumbres pirenaicas y el rápido río Ara en el que podrán realizar rafting. Esa es una de las actividades de ocio y aventura que ofrece el lugar, junto al barranquismo, escalada, excursiones a caballo. Así que, con un poco de mala suerte, alguno se parte la crisma y otro se nos desloma. ¡Señor!.

Permanece en pie la iglesia del siglo XVII en la que podrán orar y meditar, pedir por el nuevo papa y solicitar la intercesión de la Divina Providencia para que el camino que nos falta hasta el final del campeonato sea una exaltación de alegría, gozo, buenos partidos y mejores resultados. Es decir, que continúe la racha.

En vez de baúles con ropas, balones, espinilleras y botas, deberían llevar a Boltaña juegos reunidos, libros de lectura, películas, trajes de baño, trineos, un palé, un ajedrez, otro monopoly y varias barajas para hacer grupo mientras se entretienen con la brisca, el guiñote o la pocha, juego que tantas pasiones levanta entre los equipos que viajan en autobús largas horas. Todo lo que sea menester con tal de mantener el estado de ánimo y la frescura en el juego.

No recuerdo una racha como ésta con tanta convicción y fortaleza. La grada sabe que las cosas pueden cambiar en un momento. Frente al equipo de Djukic, cuando todavía no había pasado nada, la feligresía animaba y animaba esperando el pelotazo. Y llegó, claro que llegó. Dos goles de Griezmann espléndidos, otro de Agirretxe monumental y el referido cuarto que dejó a los rivales patidifusos. Parece que da igual que haga frío o calor, sol o relámpagos, viento norte o viento sur, aquí estamos a la virulé, chiflados por Europa, la Champions o lo que sea. Da igual.¡Que alguien me pellizque y me diga que es verdad!.

Sé que nada va a ser fácil porque quedan diez jornadas muy exigentes contra rivales implicados en los mismos objetivos, pero si este grupo es capaz de mantener sus actuales constantes vitales la próxima temporada pasará el Bidasoa y no para jugar un amistoso en Mont de Marsan.

Iñaki de Mujika