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Entraban tiritando

Hemos pasado el día en Beasain. Coincidía la quinta etapa de la Vuelta al País Vasco en una jornada terrible en la que ha hecho un frío impropio de abril y un día de crudo invierno. Por eso, los ciclistas (hace tiempo que descubrí que son de otra pasta) merecen aplauso y reconocimiento.

La cita era en el Dolarea, hotel restaurante ubicado en un antiguo edificio  del XVII remozado en la zona de Igartza, donde casualmente el equipo Euskaltel Euskadi estaba instalado. Como si fuera un goteo constante hemos visto llegar a sus corredores, los que se retiraban y los que cruzaban la línea de meta. Tiritando, helados, les temblaban los labios cuando pretendían hablar. Y mojados, absolutamente mojados. Si quieres que te diga la verdad, me han dado pena.

En una mesa redonda hemos hablado de deporte con Abraham Olano, Gorka Beloki, Jon Ander Insausti, Jon Jaunarena, Imanol Arruti, Mikel Aizpurua, Dani García y Urtzi Arrondo. Rato entretenido y divertido en el que cada cual ha contado su historia y ha valorado la competición en la que está inmerso. Viene gente conocida a saludar y a sacarse fotos con los famosos. Ciclismo, pelota, fútbol, rugby…mundos diferentes pero plagados de ilusión y exigencia.

Al comienzo del programa ha compartido mesa un rato con nosotros el chef de Dolarea, Ibán Maté. Se lo agradecemos porque en la casa había bastante mambo por ser una jornada especial. Sentados, hemos abierto con una “Ensalada templada de mar y montaña”, seguido con un “Arroz de mejillones” y un “Taco de Wayú” (ternera japonesa).

En el postre una combinación de “Hojaldre de crema con pera al vino” y luego el café primero y el segundo, porque ha sido entrar y salir cada vez que pasaba el pelotón. No faltaba un buen tinto de Rioja, cuya marca no he podido ver porque me lo han escondido en la otra punta de la mesa.

Cuando faltaban unos cuarenta kilómetros para la meta y los corredores no iban a pasar más veces por donde estábamos, nos hemos ubicado frente a la pantalla del televisor para seguir el resto de la etapa. Han ido apareciendo poco a poco por el hotel corredores retirados, cuyas caras expresaban el horror de la etapa. Andaba también por allí Eusebio Unzué (Movistar) con el que he compartido un ratito de charla, pendiente de cómo aguantaban sus hombres en el tramo final.

Confieso, para regocijo de este territorio, que nada más llegar a Beasain y aparcar, he cruzado la calle con Imanol Arruti para entrar en la carnicería de Julián Mújika, el campeón de morcilla de 2012. Cuando me reconocen, siento un poco de vergüenza, pero agradezco infinitiamente el buen trato dispensado.

Han envasado las morcillas al vacío, lo mismo que un queso navarro que hemos degustado con anterioridad y que estoy picando en tacos a la hora de escribir esta historia.

Iñaki de Mujika