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El pato pequinés de Tse-Yang

De repente, por mi derecha, llegó perfectamente asado y brillante  un pato pequinés, doradito y curruscante. Nos lo enseñaron antes de convertirlo en pequeños filetes y en relleno para crepes que con una salsa hoisin era el último plato de una larga lista que degustamos en Tse-Yang, el único restaurante ubicado en el donostiarra Hotel María Cristina.

Lo acaban de remozar y convertirlo en un lugar de comida china que aspira a ser emblemático y referente en la amplia lista de espacios de restauración que merecen la pena en San Sebastián. Ya te he contado alguna vez que mi única experiencia de “un chino” se remonta a cuatro décadas, en Madrid, cuando se puso de moda un espacio al que juré, por desastroso, no volver jamás. Ni a ese, ni a ningún otro que me recordase aquella cena. Por eso, aceptar la propuesta de intentarlo por segunda vez tenía algo de riesgo e incertidumbre. Las segundas oportunidades existen.

En una de las alas del remozado hotel de cinco estrellas se ubica Tse-Yang, que antes de las obras respondía a “Saigón” y a otro tipo de cocina. Se puede entrar directamente desde la calle o a través del hall. Esto es lo que te recomiendo porque el pequeño paseo por los interiores permite conocer las estancias de la planta baja, el bar de copas, la zona de lectura, los sofás, las enormes y luminosas arañas, los cuadros, las tonalidades…hasta que llegas a la puerta de un espacio diferente, recogido, contrastando la fuerte luz exterior con la más tenue de dentro.

Ainara, Yulene, Mikel y yo iniciamos la charla junto a una ventana al fondo de la cual se dibujan los cubos del Kursaal, la desembocadura del Urumea, las olas del Cantábrico, y la estatura de Okendo, un navegante que llena la plaza que separa nuestro territorio del Teatro Victoria Eugenia. Sobre la mesa las cartas y un aperitivo “Tostaditas de pollo con espinacas y sésamo”.

Cuando vas de “novato” lo recomendable es dejarse asesorar por quien conoce y sabe que cuanto más conservador sea el menú, mejor. No discutimos mucho. Convenimos que todo esto nos llevaba por la buena senda:

Rollito Café Saigon con salsa Ñock Man, lima, lechuga y menta
Rollito de primavera “de toda la vida” con su auténtica salsa agridulce
Dim Sum de pato con foie a la pimienta Tsechuan (Dim Sum)*
Dim Sum Pekinés a la plancha con juliana de cerdo crujiente (Dim Sum)
Hakao de langostinos con salsa de marisco (Dim Sum)*
Situ Mai de vieiras a la plancha (salsa mostaza) (Dim Sun)*
1/2 Pato Lacado con crepes y salsa hoisin
Clásico cerdo con salsa agridulce a nuestra manera
Sorbete de limón con “churrut”
Café
Cerveza china TSINGTAO

He puesto un asterisco en aquellas cosas que más nos cautivaron, por diferentes y ricas, dentro de un tono general más que notable. Aunque parezca que nos pegamos un almuerzo de no te menees, la sensación es de equilibrio y el hecho de que no se sirva pan ayuda a no atiborrarte. Sales bien y con la sensación de que la propuesta merecía la pena. Desde luego nada que ver con aquella experiencia inolvidable que queda claramente neutralizada por ésta, más reciente y cercana al hábitat.

Impactan los silencios, los techos altos, la atmósfera, la decoración de ambos comedores, las personas que te atienden, la puesta en escena. Todo se relaciona con todo y en el centro de la mesa la razón de ser de nuestra reunión que no alargó más la sobremesa porque las ocupaciones y el reloj nos obligaron a cambiar el paso. Volveremos y eso en mi caso es noticia.

Datos de la ubicación:

Hotel María Cristina

Tse-Yang

Okendo, 1. 20004 DONOSTIA

Tfno: 943 426689

Iñaki de Mujika