elbeaterio.es

La carrera por antonomasia

Como el turrón por navidad, llega el Tour en esta fecha, semana arriba, semana abajo, para atención de todo el mundo ciclista y de los curiosos. La gente se sienta ante el televisor, pone la radio y pasa la hora de la siesta entre pedales, escapadas o sprints vertiginosos. Así desde hace muchos años. Ese es el mérito de una organización que mueve a más de tres mil personas todos los días por las carreteras galas.

Es la carrera más atrayente, la carrera por antonomasia. El mayor escaparate para los patrocinadores que siguen apostando publicitariamente por este deporte, pese a los batacazos que se lleva cada que surge un positivo en un control antidopaje, o alguien, caso de Ulrich, lo cuenta una vez que las carreras profesionales concluyen.

La organización trata de hacer siempre un recorrido atractivo, sin que falten nunca algunos fijos como los Pirineos, los Alpes o las cronos individuales. Este año no es excepción, aunque los corredores deberán afrontar también una contrarreloj por equipos. Saldrán desde Córcega y terminarán una noche en París dando vueltas por los campos Elíseos a la luz de las farolas.

Los equipos preparan lo mejor de sus plantillas. Acuden aquí los mejores, los favoritos, los que aparecerán en los momentos estelares cuando se estén jugando las etapas y la carrera. Es un año con incógnitas. Regresan los damnificados Contador y Valverde. Se ignora el real estado de Andy Schleck.

El Sky parte como favorito con Froome al frente. La última edición la ganaron con Wiggins, pero éste renuncia a competir en una prueba que exige mucho y para la que no se ha preparado. Valora el rendimiento de su compañero líder y espera que el triunfo final se mantenga en sus filas.

Luego, habrá que seguir a los tradicionales Cadel Evans, Cavendish. Sagan, Purito Rodríguez, los citados Contador, Valverde y compañía, del mismo modo que esta edición pondrá en valor a otros jóvenes como Van Garderen.

Queda esperar que los nuestros den la talla. Haimar Zubeldia es un clásico entre los primeros. A su marcha, hace puesto. Este curso deberá esperar qué rendimiento ofrecerá su jefe de filas, pero sabe que en cualquier momento le puede tocar asumir galones. Igor Anton, los hermanos Izagirre, Mikel Nieve y el resto de nuestros ciclistas harán lo imposible por responder de la mejor manera.

El Tour resulta muchas veces imprevisible. Las caídas de la primera semana son el primer escollo a resolver. Para llegar a París hace falta dar pedales, aguantar, ser inteligente, dosificar esfuerzos y combatir. Nunca sabes dónde te espera la gloria.

Iñaki de Mujika