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Ciclistas de época

El centenario del Tour de Francia se saldó con la victoria indiscutible de Chris Froome. Indiscutible y merecida porque respondió a todos los ataques, superó los momentos difíciles en los que le faltaban las fuerzas y atacó a sus rivales cuando notó que flaqueaban. Funciona en las cronometradas, demarra en la montana y no ofrece demasiadas fisuras por las que desplazarle. Subió emocionado al podio de París, con el Arco del Triunfo al fondo, iluminado especialmente para la ocasión.

Junto a él, la organización quiso homenajear a otros triunfadores de época, cuyos resultados hicieron grandes tanto la prueba como sus trayectorias. Así se concibe la presencia de tres leyendas como Merckx, Hinault o Indurain. Pudiera haber estado Armstrong, pero aquellos triunfos que le ensalzaron se consiguieron de modo ilícito y fue desposeído de ellos. Dentro de unos cuantos años, el vencedor de la ronda de 2013 estará con ellos, porque apunta a larga su carrera.

Cuando un corredor se impone con garantías, el gran público le alaba y se hace de inmediato la pregunta cuya respuesta debe conllevar el nombre de quien puede hacerle daño. Hoy por hoy, se asoman dos ciclistas. El italiano Nibali y el colombiano Nairo Quintana parecen llamados a competir en buena lid contra el británico. Sería injusto no reconocer el esfuerzo de Joaquim Rodríguez, cuyo palmarés registra podio en las tres grandes. No es una nimiedad.

La duda ahora se llama Contador. No ha hecho un buen Tour. La cuarta posición, la que llaman de chocolate, no es suficiente. Cierto es que su equipo, con él mismo, se impuso en la clasificación de las formaciones. ¿Suficiente para Saxo Bank?.

La pasada edición del Tour recupera prestigio. Un trazado exigente hasta el final, con los Alpes pasándose con los últimos alientos, determina el interés hasta el último suspiro. La cita de este año supera con creces a la anterior. La carrera no ha estado tan controlada, porque los equipos se han atacado unos a otros, como si tuvieran asuntos pendientes. Todos contra todos. Esa actitud refuerza la prueba.

Vamos a ver si no aparecen las lamentables secuelas del dopaje. Esperamos no encontrarnos en las próximas semanas con resultados sospechosos que pongan en duda la legitimidad de las actuaciones. Cuando en una carrera se da cita tantos hechos agradables, tanta y buena competición, no sería bueno ensuciarla.

La gente admira el esfuerzo de los corredores, se tira a la carretera a millares. Los aficionados crean un ambiente excepcional, valorando la actitud de casi dos centenares de corredores que pedalean recorriendo tres mil kilómetros en jornadas que a veces se convierten en angustiosas.

Iñaki de Mujika