La realidad es muchas veces tozuda y se empeña en confirmarlo cada vez que dispone de una oportunidad. Me refiero ahora al torneo de pelota del cuatro y medio que arranca con eliminatorias poco habituales y que determinarán el pase de los vencedores a la siguiente ronda contra rivales de mayor experiencia.
La empresa ASPE decidió que se disputaran unos partidos previos para que una de las plazas correspondiera a quien hiciese méritos. Estableció primero una eliminatoria entre Aritz Lasa y Aitor Mendizábal que éste ganó. La siguiente debió enfrentarse a Joseba Ezkurdia al que superó igualmente, obteniendo por sus méritos la plaza en juego.
Paralelamente se lesiona Sebastian González y deciden que la vacante sea ocupada por el último pelotari que había quedado eliminado, es decir, Joseba Ezkurdia. Esa decisión ya fue discutida por algunos sectores de la pelota.
Y como he dicho al principio que la realidad es muchas veces tozuda, en el sorteo de primeros emparejamientos la fortuna anunció a Mendizabal contra Ezkurdia lo que podría significar que si éste gana, derrota a quien le había eliminado y el que había ganado el derecho a competir lo pierde frente a quien había superado. Un galimatías que debieran haber evitado. Las formas nunca han sido el fuerte de la organización pelotazale.
Ello no quiere decir que no estemos ante un torneo del cuatro y medio que promete, porque ha llegado sangre joven, pelotaris con futuro dispuestos a coronarse en cuanto llegue la oportunidad. Cierto es que tanto Aimar Olaizola como Juan Martínez de Irujo son claros favoritos para acceder a la final, pero en el camino hay choques que pueden propiciar sorpresas. Esperemos.