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El valor de la ensaladera

El mérito de los jugadores checos de tenis ha sido grande, porque ganar la Copa Davis en la final ante Serbia en territorio del rival es meritorio y hacerlo a costa de Djokovic, aún más. Han bastado los puntos de Stepanek y Berdych en los individuales ante el segundo jugador contrario para jugárselo todo en el doble y asegurarse, ganando el partido, la codiciada ensalader

Es decir, que el campeón del masters es humano y no puede contra todos. Cumplió con el objetivo de ganar a sus oponentes, pero no le secundaron en el encuentro decisivo. Los serbios rugían en la grada, trataban de empujar a los suyos pero vieron que aquello era misión imposible, incluso en el último partido en el que se decidía todo, a la vista del cariz que tomaban las cosas fueron abandonando el pabellón en cuanto Stepanek se impuso en el segundo set y comprobaron que Lajovic no daba señales de vida. No creían en la remontada ni de lejos.

 

Los checos lo vuelven a celebrar por segunda vez consecutiva. No son una gran potencia pero disponen de los mimbres necesarios para acceder a la final y ganarla. Sus dos principales raquetas compiten siempre cerca del top ten aunque están por debajo de los más grandes ante los que habitualmente sucumben.

Pero esta vez han sido capaces de ganar en la casa del maestro al que las circunstancias dejaron solo. Lesionado Janko Tipsarevic y  sancionado por dopaje Victor Troicki, Djokovic se quedó solo con un joven chaval que no podía dar lo que se necesitaba para hacer frente al equipo que renueva título. ¿Quién se lo iba a decir?. 

Ahora comienza un nuevo ciclo con otros países que vuelven a la carga y otros tenistas que por unas u otras razones han estado ausentes. Es el caso de Nadal que volverá a las órdenes del nuevo capitán de la Davis Carlos Moyá, sustituto de Corretja. El manacorí no hace mucho declaró que “Espero poder ayudar a Moyá más de lo que pude con Alex” en clara referencia a sus ausencias por lesión. Los buenos se dejan notar tanto cuando están en la cancha como cuando faltan.

Iñaki de Mujika