UD Las Palmas 0-1 Real Sociedad |
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Jornada 24 Liga – 24/02/2017 |
Con otro criterio se optó por un técnico bastante más barato, con ganas de progresar y mucho más acorde a la realidad del vestuario que le tocaba manejar. Necesitaba tiempo y suerte. Lo primero, para que las cosas volvieran a su cauce natural; lo segundo, para que cada partido no fuera un calvario atiborrado de ansiedad y necesitado de puntos. No le fue fácil al técnico pucelano enderezar la nave, dotarla de estilo propio y hacerle creer que su idea futbolística, tan diferente a la anterior, merecía la pena y se adaptaba a la idiosincrasia de la plantilla que manejaba. Eusebio se parece a Moyes lo mismo que Celine Dion a Lola Flores.
Un mes después de fichar por la Real coincidí con él en Zubieta, una tarde noche en la que la prensa, técnicos y otras personas del club nos encontramos en las instalaciones para despedir el año. Hacía mucho tiempo que no nos veíamos. Comentamos algunos aspectos de la situación. Ninguno de los dos quisimos mirar al pasado reciente, entre otras cosas porque él no estaba. Lo heredó. Sólo le pedí que fuera normal (con lo difícil que es eso hoy en día). No dudaba ni de su capacidad, ni del talento que demostraba como futbolista. Desde entonces hasta aquí, su comportamiento ha sido lineal, impecable. Ni una mala palabra, ni una falta de respeto, ni un mal gesto.
Luego, ganará o perderá, acertará o se equivocará, gustará más o menos, pero será un técnico fiable capaz de conquistar al vestuario con su propuesta y al público con el desarrollo de la misma en el césped. Cuando se puso manos a la obra el pasado julio, diseñó un plan con sus ayudantes y el equipo realizó una pretemporada lógica, sin barbaridades ni comisarios que la validasen en turísticas visitas. Tras los habituales balbuceos de las jornadas iniciales, todos siguieron una hoja de ruta que nos ha traído hasta aquí. El barco navega aunque sin la tripulación al completo. Nos falta el comodoro Agirretxe y otros compañeros suyos que en el dique seco no pueden aportar lo que todos quisiéramos. Sabiendo convivir con esa realidad, el grupo se ha sobrepuesto a las adversidades y ha llegado con dignidad hasta este punto. Si es capaz de mantener la velocidad de crucero, se alcanzará un objetivo que satisfará a la mayoría.
Como el fútbol está en manos de directivos, jugadores, técnicos, representantes y periodistas, el vaivén mediático sacude el árbol en cuanto te descuidas. Hace bastante tiempo alguien me comentó que Eusebio estaba siendo seguido por clubes de aquí y extranjeros, porque la marcha y el juego del equipo no pasan desapercibidos. Era cuestión, por tanto, de sentarse a la mesa, tomar una decisión, negociar y llegar a un acuerdo. Si todo sale como deseo, Eusebio será el entrenador más longevo de las dos últimas décadas. Sólo ese dato reconforta.
No estoy, para nada, en contra de la continuidad de quien representa con dignidad a la entidad con la que está comprometido. Sólo le deseo la suerte de la que hablaba antes para que los seguidores se sientan orgullosos del juego del equipo y de los resultados que se deriven. Lo mismo que la apuesta por los jugadores de casa, porque la historia del club está plagada de buenos momentos con futbolistas de sentimiento. Es lo que siento desde hace mucho tiempo.
Volvemos a Las Palmas, al partido que anoche exigía un plan perfecto y una ejecución magnífica, sabiendo que el martes llega un derbi y en pocos días, otro, y que la semana de tres partidos nos puede elevar al cielo y acercarnos al objetivo. Para que no hubiera dudas, el entrenador se decantó por los mismos que iniciaron el partido ante el Villarreal. Con distinta fortuna, porque si ante los castellonenses lo intentamos mil veces sin acierto para perder en la prolongación, ayer estuvimos espesos, pasando apuros, jugando con fuego de quemar hasta que aparecieron los porteros.
Rulli evitó la intemerata y Javi Varas le regaló un balón divino de la muerte a Xabi Prieto que no desaprovechó la oportunidad de poner en franquía la suerte del encuentro y cortar de raíz el galope constante de los insulares hacia el área txuri-urdin. Eusebio se aburrió de pedir a los suyos que se juntaran, pero se empeñaron en lo contrario. Aquello fue una especie de correcalles, sin banda de música, con demasiada ida y vuelta. Casi sin quererlo y sin merecerlo, la Real se llevaba los tres puntos del Insular que le sirven para afrontar el inmediato futuro con más tranquilidad y reforzada la posición. Creo que el equipo echa mucho en falta el modo de jugar de Willian José, cuya ausencia trata de cubrirla de la mejor forma posible, aunque con rendimiento diferente. Cuando estás de dulce, hasta la renovación se ve acompañada de una flor. La de anoche fue increíble.