El Beaterio de Iñaki de Mujika

El cólico miserere

Estaba el miércoles al mediodía preparando cosas del partido y algunos textos cuando el ordenador toca el timbre y anuncia noticia: “Januzaj, cólico nefrítico” (piedras en el riñón y dolores agudos). Pensé que a este chico solo le falta quedarse embarazado porque el pobre lleva una rachita. Y es que cuando entras en mala racha, o te echan el mal de ojo a una plantilla, vienen todas seguidas. Incluso, el gol del Athletic anoche podría incluirse en este capítulo. En esa catarata de desastres da la sensación de que se aproxima algo así como el fin del mundo, un cólico miserere, terminología que ya no usan los galenos, pero que In illo tempore, cuando alguien se sentía aquejado de ese mal, cambiaba de barrio. Cascaba de modo fulminante.

La Real estaba en ese tránsito. Se le caen futbolistas como hojas a los abedules y tiene más bajas que una clase de gimnasia un viernes por la tarde. Por unas u otras razones, a Garitano se le complica todo cada semana. En los últimos partidos llega alguien con DDT, nos fumiga y, como si fueran moscas, al dique seco. Cada siete días toca reinventarse y eso no ayuda al equilibrio ni físico, ni técnico, ni táctico, ni emocional. Lo saben los que están dentro, los de fuera y los de alrededor.

Cuando un equipo no anda o carbura mal, siempre anidan entornos poco favorables, que multiplican por diez realidades que no ayudan a superar el trance. Si todo además conlleva convivir con un calendario de armas tomar, nos entra el miedo, el canguelo y nos encomendamos a todos los santos de la corte celestial. ¡Todo hará falta! Descubrimos por la información de este periódico que Aperribay se reunió con los pesos pesados de la plantilla (es un decir, porque están transparentes) para palpar la realidad del momento y de lo que se cuece en el vestuario. ¡Ya les puede invitar otra vez la semana que viene! ¡Visto lo visto!

Como son chicos amueblados, de los que no se muerden la lengua, habrá escuchado opiniones y sensaciones. La verdad de lo que piensan y sienten. Y supongo que debe estar preocupado. Aquí nadie da puntada sin hilo y, cuando el río suena, agua lleva. El presidente pelea por el mejor futuro posible para la entidad en todas las órdenes. En lo deportivo quiere apuntalar la plantilla por mucho tiempo. Con los que están como es el caso del renovado Willian José, como con los que no están y se quieren. Lo intentó hasta el último momento con Peru Nolaskoain, que le ha supuesto al Athletic pagarle bastante más de lo previsto, precisamente por la oferta txuri-urdin en la balanza. Los clubes manejan sus hilos, tejen telas de araña y Maquiavelo se convierte en principiante.

Cada día que pasa valoro más al entrenador por la cantidad de equilibrios que debe hacer en el alambre. Trata de apagar los fuegos sin sobresaltos, con cordura y sentido común, sin poner en marcha el ventilador que salpica. Con todo lo que le está pasando desde que dijo “sí”, podría ya escribir un libro. Sería un best seller en toda regla. Se agotaría en un santiamén. Si por algo me alegra el triunfo de ayer es por él.

Reconozco que anoche, cuando se hizo pública la alineación de salida, salté a la cocina para relajarme y de paso hacer una tortillita de bonito. Nueve canteranos para lanzar, de entrada, un mensaje a quien quiera recogerlo. Entre los convocados de los dos equipos había bastantes más guipuzcoanos que otra cosa y a la hora de hacer comparaciones entre los productos que salen de las instalaciones de base, sinceramente, no hay debate. La diferencia es abismal. ¿Sirve eso para ganar?

Si el técnico de Bergara hubiera podido contar con los ausentes, seguro que el número era menor y que el partido se planteaba de forma diferente. Digan lo que digan unos y otros, el derbi es especial. Los dos equipos se tienen ganas y les encanta imponerse. Cada uno con su estilo diferente. Preponderó el de los visitantes cuando menos se esperaba, incluso ante la salida en tromba de los rojiblancos. Parecía un vendaval con capacidad de causar estragos por donde pasara. Sin embargo, hay equipos, o mejor dicho jugadores, a los que les domina la ansiedad y eso se traduce en errores. Poco fútbol, atascos y nerviosismos.

La mayor parte de los errores trascendentales del derbi correspondieron a jugadores locales. La Real se aprovechó de ellos a lo grande. Pasó apuros al principio y luego se consolidó. A medida que el tiempo pasaba y el reloj corría con lentitud, el equipo se sentía más seguro, más íntegro, como oliendo el premio que le esperaba. Un centro del campo implacable e impecable. Se dejó como siempre la piel sobre el terreno, corrió lo que hizo falta, apretó hasta la extenuación y dio la cara en todo momento. Salió cara. Victoria coral muy merecida.

Con dos semanas por delante sin competición oficial, la Real coge aire, deja tocado al rival y aleja el cólico miserere que le acechaba. El partido ofrece un montón de imágenes de valor. Por ejemplo, el partido y el gol de Sangalli, la serenidad de Oyarzabal en los penaltis asumiendo responsabilidad, la defensa de la enseña txuri-urdin, la pelea incansable de Bautista, el trabajo colectivo adelante, en medio y atrás, con las líneas bien juntas. Añadamos la alegría general compartida con los aficionados que les siguen, para rematar una fiesta que sienta de modo maravilloso. Quienes no perdieron la confianza en este equipo refuerzan sus tesis. Buena noticia.

Iñaki de Mujika