El Beaterio de Iñaki de Mujika

El autodefinido txuri-urdin

Si sigues leyendo el periódico, llegarás a la página de pasatiempos. Es una posibilidad de ponerte a prueba, disfrutar o acabar incendiado. Los hago todos los días. Comienzo con las siete diferencias. En principio, son imágenes iguales con pequeñas, mínimas, ínfimas, alteraciones. Nunca descubro más de cuatro. Cojo, incluso, la lupa para descubrirlas. Imposible. O soy un torpe de narices, o no tengo paciencia suficiente, o no son siete los cambios anunciados. Y así llevo años.

Luego, paso al sudoku. Si no es de los muy enrevesados, lo saco adelante. Sigo con el ejercicio matemático del número final. Ahí, me luzco. Luego, el crucigrama y finalmente el autodefinido que me encanta. Aquí también pueden pasarte varias cosas. Hay días formidables en los que pegas en el clavo a la primera. Pero hay otros, en los que te enredas y te acuerdas del diseñador. Cuando empiezan a preguntarte por un arbusto de la familia de las oleáceas, un insecto de la sabana africana, un pez teleósteo, una familia hindú, un nombre sánscrito, una antigua nota musical, un pueblo de Malasia, o un monte de Tayikistán te hundes porque no tienes ni idea. Es entonces, cuando de reojo miras a la parte de debajo de la página para descubrir la respuesta.

Propongo a la Real que en su web plantee un autodefinido y haga preguntas para que nos entretengamos. Prefiero eso que ponerme a cantar. Por ejemplo, podrían cuestionar: ¿Qué jugadores de la primera plantilla cuentan, al menos, con un perro? ¿De quién es uno que atiende por Matilda? ¿Quién no usa gallumbos Calvin Klein? ¿Quién los prefiere de Noble Donkey? ¿Quién le hace caricias a su gato? ¿Quién sale el último del vestuario? ¿Quién se lleva del comedor de Zubieta, al mediodía, el tupper a casa con la cena? ¿Quién estuvo en Santander viendo el Racing-Betis? ¿Dónde comieron todos juntos la semana pasada para hacer piña, plantilla y técnicos? ¿Quiénes juegan con botas rosas? ¿Quién tiene el número mayor? ¿Quién habla cuatro idiomas? ¿Quién no lleva ni un solo tatuaje? ¿Quiénes llevan la gorra puesta del revés cuando van al pipi room?… Podría seguir sugiriendo incógnitas. ¡Las acertaría todas, en esto soy un monstruo!

En el otro autodefinido, el que se refiere a las alineaciones, sistemas de juego, oportunidades de gol creadas, complicidad, fútbol coral, divertimento, saques de esquina a favor, tiros a puerta, paradas del portero, despejes en largo, desmarques, contraataques, faltas y tarjetas, concentración, confianza, miedo, convicción, seguridad, fe, victorias, goles, alegrías, desánimos, etc en esto no daría ni una. ¡Es tan difícil! Durante mucho tiempo, para bien o para mal, el equipo era bastante previsible. Se sabía lo que podía suceder, conocías de memoria las alineaciones. Ahora es imposible. Y como lo intentes te llevas más calabazas que la noche de Halloween, a la que, por cierto, le tengo mucho paquete.

En Vigo aprecié ciertos brotes verdes. Creo que el entrenador también. La visita del Sevilla animaba a creer que era una posibilidad de congraciarse con esa sensación y con el triunfo ante una afición a la que le dieron gratis una clase de canto. ¡Mirad! Cantar, cantar, lo que se dice cantar, es lo que representaron las aficiones de Gales y Escocia antes del amistoso de rugby del pasado sábado. Una preciosidad. Una banda de música, un pedazo de coro y miles de personas entonando los himnos de cada cual. Me gustó tanto ese momento previo que volví hacia atrás las imágenes del partido para verlas repetidas. ¡Cómo disfruto con esos momentos en los que los jugadores cantan con toda su alma y desafinan sin miedo al ridículo, ni al vértigo! ¡Pasión y coraje! Si les pones a cantar a los nuestros este txuri-urdin acabamos en cuidados intensivos. ¡Apuesta! ¿A qué más de uno no se lo sabe? Metidos en el homenaje a socios veteranísimos, de enorme mérito por cierto, oyendo el canto entre meloso y alfeñique, el partido comenzó y terminó de la misma manera. Sin goles. ¡Qué miedo nos deben tener los rivales que se montan atrás con todo lo que disponen y más! Creo que al equipo hay poco que reprocharle, salvo la incapacidad de aprovechar alguna de las ocasiones que fue capaz de crear. Segundo empate consecutivo sin goles ante un rival con vitola europea al que pudimos y debimos doblegar. Se terminó el partido en su medio campo, con mucha producción de faltas laterales y saques de esquina, aún a riesgo de que nos pillaran en una contra. Era a lo que aspiraban.

Una pena el empate, porque la Real se comportó con solidez durante todo el encuentro y lo dio todo por conseguir el primer triunfo ante los suyos (24.882) que también echaron el resto en todo momento, incluido el minuto 23, cuando se acordaron de Luca Sangalli, presente en el estadio y que seguramente se emocionó ante las muestras de cariño.

A esta hora en el autodefinido txuri-urdin no cabe sino seguir creyendo y esperando. ¿Ansiedad por ganar? Diego Llorente dijo que no ante los micrófonos y afirmó que el equipo va a continuar intentándolo. Me sigue pareciendo que los brotes verdes no fueron flor de un día.

Iñaki de Mujika